Hoy vamos a entrevistar una saxofonista gallega con un recorrido musical muy interesante que en la actualidad está ofreciendo bastantes conciertos en Bélgica. Un país que la acoge para formar parte de un programa de trabajo muy atractivo de música contemporánea.
Todo esto no es más que la punta del iceberg de su formación y su experiencia así que le preguntaremos y que sea ella la que nos lo cuente.
Hoy SaxRules.com Sara Méndez Arias.
SaxRules: Sara, háblanos de tus inicios en la música

Sara: Todo empezó en mi pueblo natal, en Sober. En él destacan tres símbolos: el vino de Amandi, el Cañon del Sil y la Banda de Música. La Banda se nutre de la Escuela Municipal de Música a la que tradicionalmente van la mayoría de los niños. Así que se puede decir que empecé en la música por diversión y casualidad, por haber nacido en un municipio que apuesta por la cultura.
Con ocho años era el momento de escoger instrumento y me decanté por el saxofón. Empecé a estudiar con Emilio Vázquez, que sería mi profesor en la Escuela de Música y también en el Conservatorio de Ourense durante todo el grado profesional. Él me transmitió la pasión por la música y me guió durante casi diez años. Fue quien, un día, me habló del “Aula Galega do Saxofón” y gracias a eso, conocí a Rodrigo Vila.
En el Aula Galega, gracias al maravillosa labor de José Fungueiriño y de Rodrigo, empecé a profundizar en el trabajo técnico, a conocer nuevo repertorio y a trabajar en formaciones como la de ensemble, en las que no había tenido la oportunidad de participar antes. También, en el Aula conocí a muchos de mis futuros compañeros y amigos que me acompañarían a lo largo de mis próximos años. Recuerdo que ese curso se organizó un viaje al Mallorca Saxophone Festival de entonces y eso fue un punto de inflexión.
Master clases, conciertos, conferencias, intérpretes reconocidos… todo en sí fue una explosión de conocimiento, de ideas, de creatividad… un viaje lleno de motivaciones.
SaxRules: Haz balance de tu paso por el Conservatori Superior de les Illes Balears.
Sara: Mis años en Palma fueron los más intensos sin lugar a dudas. Fueron años de maduración personal y artística, con una única preocupación que era aprender lo máximo.
La planificación académica de la carrera consistía en trabajar la técnica intensamente, el repertorio clásico y contemporáneo del instrumento, transcripciones, música de cámara, repertorio de cuarteto y repertorio de ensemble. Con Rodrigo trabajábamos la parte técnica y el repertorio; con Yuko Mizutani (piano) teníamos sesiones todas las semanas; con Rumiko Harada (clavecinista) trabajé música de cámara también de manera semanal. Después, los encuentros de ensemble los realizábamos de manera intensiva uno o dos veces por trimestre.

En mi generación el ensemble lo dirigió David Fiuza, quien hizo un trabajo espectacular dónde preparamos desde repertorio original para la formación hasta transcripciones. Si tuviese que destacar alguno de los trabajos que más disfruté fue el de Akaitz con la presencia de Félix Ibarrondo y la música de Christian Lauba con él en persona. Con esta formación realizamos numerosos conciertos por Mallorca y dos giras, la primera por Lisboa y Galicia y la segunda por Zaragoza y Madrid.
Además, se completaba la formación con master clases impartidas por músicos internacionales (en su mayoría saxofonistas pero también de otras disciplinas). De esta manera, teníamos acceso a muchos de los profesores en centros europeos, facilitándonos la elección en un futuro. El evento anual era el Mallorca Saxophone Festival, donde se concentraban los conciertos, las master clases y las conferencias.
A lo largo de estos años trabajé cuarteto profundamente con Beatriz Tirado, Jorge Albarrán y Guillermo Presa. También en el ensemble estaban muchos de los que había conocido en mi primer contacto en el Aula Galega: Nerea Crespo, Pablo Vigo, Roi Barros y Santiago Puime.
En cuarto nuestro profesor fue David Brutti. Aunque lo conocíamos con anterioridad, durante ese curso pudimos profundizar más en su manera de entender la música y el mundo musical, así como intercambiar ideas sobre repertorio, estilos o materiales.
Tres años después de haber finalizado mi etapa en Palma guardo muy buenos recuerdos y me siento muy agradecida por la oportunidad y la generosidad de los profesores, con especial mención a Rodrigo Vila.
SaxRules: ¿Cómo surge la idea de estudiar en el Royal College de Londres y qué tal fue la experiencia hasta tu graduación del curso pasado?, curso en el que por cierto fuiste la ganadora del concurso de Música Contemporánea del Royal College of Music, háblanos de ello.

La idea aparece por diferentes motivos. Por un lado, siempre quise estudiar y vivir en una ciudad enorme para tener fácil acceso a toda la cultura que ofrece. Lo cierto es que por Londres pasa de todo y justamente la oferta cultural es accesible a todo el mundo. Por otro lado, a través de David Brutti conocí al que fue mi profesor durante el Master, Martin Robertson, por anteriores colaboraciones que habían realizado juntos y también porque estuvo de invitado en el Royal College años atrás. Mi formación había estado ligada completamente a la escuela de Burdeos y en ese momento me apetecía un cambio radical. ¡Lo tuve!
La enseñanza de saxofón clásico como la conocemos nosotros no tiene mucho que ver con la de Inglaterra. Para empezar, todos los saxofonistas saben tocar jazz así como la flauta y/o el clarinete. La concepción del sonido, los materiales que utilizan, el repertorio que interpretan… es diferente. Están más conectados con Estados Unidos en este sentido y con el jazz. Por tanto, mis primeros meses fueron de adaptación, de intercambio de muchas ideas, de repensar y analizar los contextos.
El trabajo interpretativo se realizaba a nivel individual y con la formación de cuarteto, haciendo un encuentro de ensemble anual para cerrar el curso escolar. En cuarteto trabajé con Manu Brazo, Jonathan Radford y Samuel Mallia. A lo largo del curso y dependiendo de los resultados de las pruebas de repertorio orquestal y del perfil profesional del alumno, participábamos en proyectos que emulaban las salidas profesionales que nos podríamos encontrar al terminar. Por ejemplo: proyectos de ensemble, de orquesta, de ópera, sesiones de grabación, big band. Además de estos, individualmente o con formaciones de cámara se podía optar a todas las oportunidades que College ofrece para tocar en público dentro y fuera del centro.
Por tanto, para mí la experiencia fue muy enriquecedora. No tuve la pedagogía centrada en el instrumento que había tenido en Palma, pero pude desarrollar otras facetas que no había podido experimentar con anterioridad.
El Royal College es un centro maravilloso para la formación clásica y orquestal dónde también se estudia la música de nuestros días, por ejemplo, de la mano del compositor Haris Kitos, de Antoine François (Nikel Ensemble) o de Serge Vuille (Kammer Klang). Este último es el responsable del módulo de Música Experimental en el que estuve en mi segundo año. Con él volví a conectar con un mundo que extrañaba y que sin duda era el que más llamaba mi atención.
A finales de curso y antes de graduarme fue el concurso de Música Contemporánea. Apenas me he presentado a concursos, porque no creo que sea algo que encaje con mi personalidad, pero para éste tenía repertorio preparado, y también ganas de intentarlo. Nos inscribimos numerosos intérpretes de todas las especialidades, por lo que recibir el premio fue una grata sorpresa, y también una bonita manera de cerrar mi etapa en el Royal College.
SaxRules: ¿En qué consiste el programa MANAMA del que formas parte en la actualidad?
Se trata de uno de los proyectos de Ictus, su academia. El programa se realiza entre la Universidad de Gante y los ensembles Ictus y Spectra, ambos especializados en música contemporánea. Consiste en dos años de especialización como solista o como miembros de un ensemble, en contacto con compositores emergentes o consolidados.
La parte práctica de la programación consiste en sesiones con miembros de Ictus, workshops y conferencias con expertos internacionales, así como intercambio de ideas con compositores, coreógrafos, artistas visuales y actores. Cada uno de nosotros tenemos un tutor asignado con el que desarrollamos nuestro proyecto personal, el mío es Tom Pauwels, guitarrista y director artístico de Ictus. Además, con el ensemble G.A.M.E realizamos conciertos en diferentes lugares de Bélgica.
La parte teórica consiste en realizar sesiones de análisis musical, teatro musical, live electronics, video y performance, todas ellas con especial conexión con la música contemporánea.
SaxRules: Nombra a las personas que más te han influido como músico/persona.
Sara: Lo que soy a nivel personal se lo debo a mi familia, a mis amigos de toda la vida y a los que he hecho a lo largo del camino.
Me han influido los docentes de todos los ámbitos que me han acompañado a lo largo de los años, por transmitirme el poder del conocimiento, la belleza de la curiosidad y la ilusión por lo que uno hace.
Emilio Vázquez, mi primer guía, desde mi infancia hasta el final del grado profesional, por descubrirme un mundo nuevo para mí con tanta pasión, dedicación y respeto.
En Palma, Rodrigo Vila por enseñarme el valor del esfuerzo, el amor al trabajo, la disciplina, la responsabilidad, la dedicación. Allí me sumergí de lleno en aspectos como la técnica, el sonido, la interpretación o el interés por otras disciplinas artísticas. De la mano de Rodrigo crecí profesional y personalmente. David Brutti, también en Palma, me enseñó a ser uno mismo y a experimentar en la diversidad.
También me han influido profesionales que, aunque el contacto con ellos ha sido fuera de programas oficiales (master clases y cursos) siempre los tengo como referencia.
A Marie Bernadette Charrier la conocí muy pequeña en una master class que dio en A Coruña y desde entonces fue todo un ejemplo para mí. Su fuerza en el escenario, su perfección interpretativa, su profesionalidad, su cercanía, su practicidad, su eficiencia docente. Además, en un mundo mayoritariamente masculino, tener un referente femenino al que mirar ha sido y sigue siendo alentador.
Jean Marie Londeix es una inspiración en sí. Tanto su figura interpretativa como su labor investigadora son parte de la historia del saxofón clásico. Es una persona comprometida con su profesión, con una capacidad de dedicación, de perfeccionamiento y de trabajo admirable.
SaxRules:¿Momentos más dulces como músico?

Sara: Mis dos recitales final de ciclo, el Recital Final de Carrera en Palma y el Recital Final de Master en Londres. Ambos momentos tenían circunstancias parecidas, un punto y final a etapas relevantes en la vida, mucho trabajo detrás para llevarlo a cabo, y estar rodeada de amigos y familiares. Una mezcla de satisfacción personal y agradecimiento excepcional.
SaxRules: Set up.
Sara:
- Saxofón Soprano: Selmer Serie III, boquilla S15, abrazadera Rovner Platinum.
- Saxofón Alto: Selmer Serie III, boquila S90 180, abrazadera Rovner, tudel de plata.
- Saxofón Tenor: Selmer Serie III, boquilla T20, abrazadera winslow.
- Saxofón Barítono: boquilla vandoren B35, abrazadera Rovner.
SaxRules: Últimos proyectos y próximos.
Sara: Para 2019 bastantes conciertos con G.A.M.E. El 27 de enero estuvimos en Q02, en febrero estaremos en el Slow Festival los días 22, 23 y 24 y en abril estaremos en el festival Ear to the Ground exponiendo un trabajo realizado con David Helbich sobre el sonido.
Para el mes de junio tenemos confirmados dos conciertos en Galicia. Serán la presentación de un proyecto nuevo con el que estamos muy ilusionados.
SaxRules: Muchísimas gracias Sara!!
Tienes más información en la Web de Sara. Clic en la imagen para acceder a su web.