Hoy vamos a entrevistar a un saxofonista de Santa Bárbara de Casa (Huelva) que se inició en el saxofón en la Escuela de Música de su municipio natal y en el Conservatorio de Valverde del Camino (Huelva).
Continúa sus estudios en el Conservatorio Profesional Javier Perianes de Huelva con Tomás Díaz y Santos Forero para finalmente acceder al Conservatorio Superior de Sevilla en el que se gradúa tutelado por Alfonso Padilla.
Recientemente ha finalizado el Master en Interpretación en el Conservatorium van Amsterdan con el profesor Arno Bornkamp.
Perteneció al cuarteto de saxofones SQ4 y pertenece a la OnubaSax Orchestra.
Hoy entrevistamos a Juan Manuel González Díaz:
SaxRules: Juanma, háblanos por favor de tus inicios en la música.
Juanma: Cuando surge la pregunta de cómo empecé mi bagaje musical, normalmente hay sorpresas al mencionar que mi primera “Pantera rosa” la toqué con la guitarra flamenca. Practicaba algunos acordes para acompañar a las sevillanas y por supuesto, como onubense aprendí a tocar algunos fandangos. Un poco más tarde, mi padre me preguntó si quería aprender a tocar el saxofón. Como el nombre del instrumento sonaba bien, le dije que sí encantado, sin saber la que se me venía encima. Empecé a tocar con mi profesor Bruno, al cual le guardo mucho cariño, en la escuela de música de mi pueblo natal. Fue ese mismo curso cuando realicé las pruebas en el Conservatorio “Antonio Garrido Gamonoso” de Valverde el Camino, donde disfruté de mis primeros años haciendo música con compañeros y compañeras maravillosos.
Pasados unos años, continué mis estudios en el Conservatorio Profesional de Música “Javier Perianes” de Huelva, donde finalmente opté por dedicarme profesionalmente a la música, aunque no fue una decisión clara desde el principio. Debido a mi pasión por los animales, la idea de dedicarme a la medicina veterinaria era algo que siempre me había llamado la atención. Durante los dos primeros años en Huelva, los pequeños momentos de disfrute no compensaban la cantidad de tiempo invertido en escalas y estudios, y los mareos que bien venían de las largas horas en la carretera o de los numerosos bemoles y sostenidos de nuestro repertorio. Esto cambió, para mi sorpresa, cuando me vi envuelto en un ambiente totalmente diferente al que había conocido anteriormente en la música.
Los que me conocen desde entonces, saben de lo que hablo cuando afirmo que en esa época sucedió algo que no se ve todos los días. El ensemble de saxofones era la envidia de todo el conservatorio. Y no era para menos: todos los compañeros compartían la ilusión por ir a los ensayos, a causa de una atmósfera idílica producto de la actitud positiva de los profesores. La cantidad de proyectos que se realizaban tampoco dejaba a nadie indiferente: conciertos en Almería, en Madrid con Pedro Iturralde, viajes para conocer a grandes saxofonistas, y un largo etcétera. Damián Fernández, Juan Manuel Arrazola, Tomás Díaz y Santos Forero supieron reunir los ingredientes de la receta perfecta de motivación para su alumnado, de los cuales muchos de ellos decidieron cursar posteriormente enseñanzas superiores de música.
Tan fuerte fueron los efectos de esos años que decidí dejar a un lado mi idea de ser veterinario, para rendirme al disfrute de hacer música durante probablemente el resto de mi vida. Me gustaría dedicarles mi más sincero agradecimiento, ya que de alguna forma, ellos son tan responsables como yo de estar escribiendo estas letras.
SaxRules: Realizaste el grado Superior en Sevilla, haz balance de tu paso por el Manuel Castillo
Juanma: Hay una leyenda en el CSM Manuel Castillo que afirma que cada vez que pasas por la puerta principal, se escucha en las cabinas de estudio un saxofón tocando escalas. El hecho de que como alumno yo haya vivido eso y aún se sigan escuchando cuando visito el centro, me hace pensar en la gran implicación que se inculca en este centro a las nuevas generaciones de nuestro instrumento, aunque hemos de admitir que al resto de los compañeros y personal del conservatorio los pongamos de los nervios.
Debo felicitar a los profesores del departamento de saxofón, José Antonio Santos, Juan Jiménez y Alfonso Padilla, quienes sin duda están trabajando muy duro para impulsar el nivel en Andalucía, y esto es claro cuando vemos que muchos de mis compañeros han acabado estudiando en el centro donde solicitaron cursar sus estudios de posgrado.
Bajo mi punto de vista, uno de los pilares fundamentales del crecimiento personal es aprender de otras personas, tratar de rodearte de compañeros interesantes que puedan aportarte diferentes enfoques y que te muestren que es posible seguir mejorando. Por suerte, desde que comencé mi etapa en el superior tuve la suerte de aprender de generaciones de grandes músicos que aún hoy día admiro mucho: José Carlos García Bejarano, Bernardo Parrilla, Juan Pedro Luna o Jennifer Dorado. No solo aprendí de mis compañeros senior, también aprendí de cada compañero que deslumbraba con su afán de superación, de los cuales pondría una lista bastante larga.

Otro pilar fundamental de esta etapa me lo regalaron mis compañeros y buenos amigos del cuarteto de saxofones SQ4: Francisco Jesús Rusillo Márquez, Manuel Vázquez Domínguez y Manu Brazo García. Fueron muchas las historias que compartimos juntos, y más de una risas nos hemos echado acordándonos de ellas. A día de hoy los sigo considerando fundamentales en mi vida profesional y personal, y espero que el tiempo nos traiga de nuevo muchos momentos en los escenarios.
Reflexionando un poco acerca de mi paso por este centro musical, me atrevería a decir que existe una costumbre bastante extendida que nos hace pensar que “lo mejor es que nos vayamos fuera a estudiar”. Pero la sorpresa viene cuando no es que en otros países el nivel del instrumento sea diferente de lo que hemos podido disfrutar en este centro, si no que su enfoque es diferente. Y esto es lo interesante: aprendes porque la perspectiva cambia, no porque no hayamos podido disfrutar de una educación de calidad en el CSM Manuel Castillo. Estoy convencido de que muchos de mis antiguos compañeros, los cuales en su gran mayoría han vivido experiencias parecidas a la mía en una ciudad extranjera, opinan de forma similar.
SaxRules: ¿Cómo surge la idea de estudiar posteriormente el master en Amsterdam con Arno Bornkamp? Háblanos de tu experiencia en la capital Holandesa.
Juanma: La idea de estudiar con Arno fue algo que se fue gestando por las circunstancias que rodearon mi aprendizaje musical. Recuerdo que mi profesor Francisco Valle Lastre me regaló un CD: “The Classical Saxophone”, y mis padres lo ponían cada vez que viajábamos hasta el conservatorio, que estaba a unos cuarenta minutos de mi casa. No sabía quién tocaba en el disco, pero a mí me gustaba.
Más tarde, conocí a Alberto Sáez Murillo, a quien considero una de las personas más influyentes en mi evolución como músico. Él dijo que había estudiado con un tal Bornkamp en los Países Bajos, y comencé a escuchar sus vídeos en Youtube. Tras realizar algunos cursos con él, conocí su faceta como profesor y pensé que me podía aportar mucho a la evolución que quería tener como músico. Entrar en la clase de Amsterdam era mi sueño personal así que se me ocurrió hacer las pruebas allí.
La experiencia en Amsterdam ha sido en general bastante positiva. Como muchos de mis compañeros, tuve que trabajar para ayudar a mis padres ya que es una ciudad cara, y eso consumía bastante tiempo, sobre todo al principio. Sin embargo acabé disfrutando algunos trabajos de los que hice, y además me hizo apuntar a mis metas de forma más precisa, ya que no disponía de las mismas horas para estudiar que cuando estudiaba en Sevilla.
Si bien creo que en cualquier clase puedes encontrar diversidad, el caso de Amsterdam es incluso más acusado, ya que los alumnos que son elegidos para realizar los estudios allí no suelen medirse por un patrón determinado, sino más bien por su aportación única al discurso musical. Bajo mi punto de vista, la creatividad de los intérpretes es lo que se busca en este aula: todos tienen personalidades muy distintas, y es esto lo que aporta una visión muy interesante.
Dicho esto, creo que eso es lo realmente identificable en Arno: él trata de entender la psicología de la persona que está detrás de este instrumento que nos colgamos. Aunque conoce bien las respuestas técnicas a los problemas que nos podemos encontrar en una obra, y la biografía del compositor, no le gusta quedarse en ese nivel. Pretende que reflexiones sobre qué prioridades quieres abordar como intérprete, y para ello conecta con las inquietudes que cada alumno posee como mente artística y no como mero transmisor del texto musical.
En resumen, la experiencia de mi estancia en Amsterdam ha significado un cambio en numerosos aspectos, y puedo decir que me quedo con un muy buen sabor tras estos dos años irrepetibles. La ciudad aporta grandes oportunidades culturales y una diversidad muy positiva, y esto puede verse también en el conservatorio.
SaxRules: El pasado 20 de Enero ofreciste en Almonte un concierto junto a la Onuba SaxOrchestra, háblanos de este proyecto tan interesante.
Juanma: La idea surge por nuestro director Carlos Domínguez Lagares y Tomás Díaz Hernández. Siempre ha habido una afluencia considerada de saxofonistas de Huelva, y prácticamente la totalidad del ensemble forma parte de forma directa o indirecta de la clase de Tomás.
Es un proyecto desenfadado en el cual nos reunimos muchos compañeros y amigos para disfrutar de la música juntos. Lo realmente genial de esto es que partimos del mismo clima de cooperación y entusiasmo que el que una vez nos impulsó a dedicarnos a la música, en el CPM Javier Perianes de Huelva. Nos sirve para cargarnos de energía positiva y hacernos ver que tantas escalas han merecido la pena.
SaxRules: ¿Cuál ha sido tu momento musical más dulce y cuál el más duro?
Juanma: Voy a empezar con el más “duro”, aunque más que una experiencia esporádica diría que fue un proceso, y no lo considero necesariamente algo negativo:
Cuando estudias para ser saxofonista, nadie te dice que las circunstancias del instrumento son algo diferentes a la de los demás. Al estudiar en el Grado Profesional tuve la suerte de tocar de solista con la orquesta, y más tarde en el Grado Superior, colaboré con la orquesta del conservatorio tocando On the Waterfront de Leonard Bernstein. Experiencias que por su exclusividad te marcan, aunque eso hace que quieras que ocurran más a menudo.
Por desgracia, esto no sucede todo lo que nos gustaría, y es realmente difícil para nuestro instrumento lograr el rol de concertista o que participe de música de gran calidad con agrupaciones como la orquesta sinfónica.
No obstante, creo que esto también es un hecho positivo, ya que tenemos que sentirnos responsables de construir un futuro para nuestro instrumento, y solo podremos hacerlo a través de una fuerza de voluntad incansable y la cooperación con otros instrumentos y músicos.
Sin duda, una de los momentos más dulces de mi carrera musical fue ver logrado mi sueño de ir a estudiar a Ámsterdam. Fueron muchos años apuntando hacia ese objetivo, y ver recompensado tus años de estudio, más que por el hecho de lograr un mérito académico u otro, es una de las mejores sensaciones que pueden experimentarse. Creo que tener esa meta me dio la motivación que necesitas en esos momentos en los que no te encuentras tan bien con tu forma de tocar.
Quería ser mejor, porque quería merecerme de verdad lo que me había propuesto. Y si bien afirmo que fue uno de los momentos más dulces, no niego que la música me aporta siempre algo nuevo que descubrir de mí mismo, y es eso por lo que estoy realmente agradecido. Conocerme a mí mismo a través del instrumento es lo que añade un sabor más dulce a mis días.
SaxRules: Nombra a las 5 personas que más te han influido a nivel personal/musical.
Juanma: Sobra decir que esto es solo una pequeña lista de todas las personas que han sacudido mi curiosidad por aprender. Puesto que lo que nos atañe son personas conectadas al mundo musical y saxofonístico, me limitaré a nombrar a aquellos que aportaron en mi crecimiento profesional, sin nunca olvidar a los héroes de mi vida: mis padres. Nunca podré pagarles el tiempo que invirtieron en la carretera, ni las horas de espera en la cafetería de un conservatorio, ni siquiera el apoyo cuando ya a mí no me quedaban fuerzas para estudiar. Todo esto empezó por ellos, y sería injusto no acordarme del enorme esfuerzo y la confianza que han depositado en mí.
- Tomás Díaz Hernández: Aún sigue sorprendiéndome la capacidad que tiene de ser tan humilde después de todo lo que ha logrado. Se habla muy poco de su labor como docente, pero creo que todo el mundo en Andalucía conoce al menos a alguien que haya montado su primer instrumento con él. Desde hace años sigue sacando alumnos adelante, y con las mismas ganas de seguir aprendiendo o más que cuando empezó a ejercer como profesor en el conservatorio de Huelva. Merece todos mis respetos como músico, como docente y como persona. Seguro que aún le quedan muchos pupilos que sacar adelante.
- Santos Forero: Nunca fue mi profesor de forma directa, pero ello no quiere decir que haya influido menos en mí. Cada vez que nos encontramos sigo sintiendo la misma energía que me transmitía en mis años de Enseñanzas Profesionales. Tiene un don para sacar lo mejor de cada persona, y los que lo conocen coincidirán conmigo en que su presencia es un sello distintivo para cualquier evento. Me queda mucho por aprender de él.
- Alberto Sáez Murillo: Todos hemos tenido ese “hermano mayor” al que queríamos parecernos de pequeños. Nos conocimos hace ya diez años, y desde entonces siempre me ha ayudado a perseguir mis ambiciones, a nivel profesional y personal. Tiene grandes recursos como profesor y es un melómano como pocos, siempre tiene algo interesante que aportar cuando se trata de ideas originales. Creo que en unos años será una persona a tener en cuenta en nuestro panorama musical.
- Alfonso Padilla: Ha sido mi profesor durante los cuatro años en el CSM Manuel Castillo. Recuerdo cómo cada vez que los conserjes o alguno de sus compañeros me preguntaban con quién estudiaba y yo respondía con su nombre, siempre le seguía una sonrisa y un: “¡Hombre Alfonso, qué persona tan simpática! Además de ello, una persona incansable con mucho afán de superación. Aprendí muchísimo de su forma de abordar el trabajo en clase, y estoy seguro de que su motivación acabará llegando a muchos alumnos.
- Arno Bornkamp: A sus casi sesenta años, conserva tanta energía y devoción por su instrumento como siempre. No solo interpretativamente ha supuesto un modelo para mí, sino también su forma de llegar al alumnado pedagógicamente. Le encanta agitar la parte más artística de cada persona, y tiene una forma única de hacer que pienses sobre la importancia de tu sello distintivo. Siempre le estaré muy agradecido por estos dos años en Ámsterdam, que han supuesto un gran cambio a nivel profesional y personal.
SaxRules: Set Up.
Juanma:
- Saxofón soprano: Selmer concept, vandoren 4, Yanagisawa 991
- Saxofón alto: Selmer concept, Légere 3’5, Buffet Prestige
- Saxofón tenor: Selmer C* Soloist, Légere 3,5, Buffet Prestige
SaxRules: Próximos proyectos.
Juanma: Actualmente creo que el proyecto más interesante que tengo en mente es un dúo con piano con Pepe Fernández Rodríguez, un antiguo compañero del CSM Manuel Castillo. Me interesa el proceso de cómo vamos a crecer juntos musicalmente, qué ideas podemos añadir para que las obras que interpretemos, tanto más tradicionales como más vanguardistas, tenga un punto siempre fresco y muy personal.
También tendré el placer de ofrecer un curso en Pozoblanco (Córdoba) con mi antiguo profesor y amigo Santos Forero, estoy deseando de seguir aprendiendo tanto de él como de sus alumnos.
Además intento mantenerme activo siempre disfrutando de la música: realizando prácticas con la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, Onubasax orchestra, y tengo de nuevo el gusanillo del flamenco. Puede que en un futuro no muy lejano trate de participar con algunos amigos en un proyecto más autóctono.
SaxRules: Sueña y pide un deseo como saxofonista.
Juanma: Si me permites, pediré un deseo no como saxofonista, sino como músico y artista: creo que a veces no nos percatamos de la cualidad que tenemos como artistas para provocar reacciones en nuestro público. Podemos crear un impacto en la sociedad, por pequeño que sea, y acercarnos a ese sector que no está tan familiarizado con estas manifestaciones artísticas.
Me gustaría ver una revolución que provenga de pinceles, de chisteras, de notas musicales, de ideas, de esculturas… me gustaría ver a una sociedad involucrada con el arte, que cree más y destruya menos, y que tenga más oportunidades de emocionarse si les brindamos la ocasión. Me gustaría ver más sonrisas, más ilusión y más tolerancia.
Sabemos que como artistas, podemos hacerlo. Tenemos la responsabilidad de empezarlo nosotros, no hay forma de que exista tal cambio sin iniciativa. Y yo creo que es posible, si cooperamos, empezar esta revolución.
SaxRules: Muchísimas gracias Juanma.