Hoy vamos a entrevistar a un saxofonista de Campos, Mallorca.
Tras finalizar sus estudios de Grado Medio en el Conservatori Professional de Música i Dansa de Mallorca con el Premio Extraordinario de Fin de Grado, empieza en 2012 los de Grado Superior en el Conservatorio Superior de Música de Aragón de Zaragoza, bajo la tutela de Mariano García durante tres años.
Becado por el programa Erasmus durante el curso 2014 – 2015, realiza también un año de estudios en el Konservatorium Wien Privatuniversität de Viena con Lars Mlekusch. En 2016, finalizados los estudios superiores con las más altas calificaciones, empieza los estudios de máster en Interpretación en la Universidad de las Artes de Zúrich (ZHdK), donde continúa actualmente su formación de nuevo con Lars Mlekusch.
Durante sus estudios tiene la oportunidad de recibir clases de los nombres más importantes del panorama saxofonístico actual, incluyendo a Claude Delangle, Vincent David, Jean-Denis Michat, Christian Wirth, Marcus Weiss, Simon Diricq, Andrés Gomis, Miguel Ángel Lorente, Marie-Bernadette Charrier o Arno Bornkamp. Cultiva además un gran interés por la improvisación libre y el jazz, donde ha recibido clases de Frank Gratkowski, Manon Liu-Winter, Lucas Niggli, Peter Jacquemyn o Christoph Grab.
A través de diferentes formaciones de cámara, orquestales o solísticas, ha realizado un gran número de conciertos en España, Austria, Suiza, Francia, Alemania y Bélgica. Entre sus participaciones en proyectos orquestales destacan la grabación de un CD con música de Karlheinz Stockhausen con el Ensemble de Saxofones de la Univerisdad de Viena, bajo la dirección de Lars Mlekusch y la supervisión de Kathinka Pasveer; la produción y grabación de El sobre verde de Jacinto Guerrero en las Jornadas de Zarzuela de Cuenca de 2016, bajo la dirección de Nacho de Paz, así como las diferentes intervenciones con la Orquestra Simfònica de les Illes Balears con diferentes directores de prestigio internacional. En el verano de 2016 nace el proyecto Duo Demian con el pianista mallorquín Magí Garcías, dedicado a partes iguales a la interpretación del repertorio tradicional y a la improvisación libre.
Decidido defensor de la música de nuestro tiempo, mantiene una constante colaboración con un buen número de compositores, tanto consagrados como emergentes, y ha estrenado cerca de 20 obras nuevas incluyendo piezas escritas para y dedicadas a él. Ha participado también en academias de música contemporánea y experimental, como Impuls International Academy (Graz) o LAbO #5 (Antwerpen), y ha tocado en festivales como Radical dB (Zaragoza) o Laokoon Festival (Zúrich). Sus actuaciones incluyen normalmente composiciones propias, música electrónica y medios audiovisuales e improvisaciones.
Insatisfecho con el perfil del saxofonista tradicional y explorando siempre nuevas posibilidades para transformar el formato de los conciertos, colabora regularmente con multitud de artistas de diferentes disciplinas, incluyendo danza, pintura, vídeo-arte o fotografía. Destaca el proyecto Momentos Wien 7, Bahnhöfe des Lebens, una producción musicoteatral con dos intérpretes, bailarines y fotografos, puesta en escena en Viena en 2015, y el proyecto Islas, realizado conjuntamente con la artista Mireia Tramunt en ArtnitCampos15 en Mallorca, ambos con composiciones propias e improvisaciones.
Hoy entrevistamos a Joan Jordi Oliver Arcos:
SaxRules: ¿Por qué Lars Mlekusch?
J.J: Conocí a Lars hace ya un buen montón de años, cuando yo tendría como quince. Fue durante una de las primeras ediciones del Mallorca Saxophone Festival, y recuerdo que su concierto, completamente a solo y con un repertorio que yo apenas empezaba a descubrir, me produjo una gran impresión. Le seguí la pista durante los siguientes años en las redes sociales, y sentía siempre una gran curiosidad por los proyectos que llevaba a cabo tanto en su intensa carrera solística como con su clase de saxofón en Viena.
Durante mi segundo año de estudios en Zaragoza me planteé la posibilidad de emprender un Erasmus en el curso siguiente. Tenía varias opciones que incluían las clases más reputadas de Francia; sin embargo, justo ese año cambiaron las condiciones del Erasmus y los conservatorios regionales franceses quedaron fuera de juego. Así que la opción prioritaria, y finalmente la única, era la clase de Viena de Lars Mlekusch. Sentía que su perfil, enfocado en la música contemporánea, tenía mucho que aportarme en ese momento de mi carrera y que el punto de vista sería muy distinto del que teníamos en Zaragoza. Tuve un golpe de suerte bastante decisivo porque ese año coincidió que Lars vino a Zaragoza a ofrecer una masterclass, por lo que pude trabajar con él de primera mano y ver cómo podíamos funcionar en clase. Las cosas salieron bien y decidió aceptarme como alumno para el curso siguiente, por lo que en 2014 empecé mis estudios en el Konservatorium Wien Privatuniversität con Lars.

Durante un año completo de estudios pude descubrir el perfil completo de Lars: a parte de en el campo de la música contemporánea, donde es sin duda uno de los más destacados saxofonistas actualmente, Lars posee un conocimiento tremendo de la música clásica y romántica, adquirido a través de sus estudios de dirección. Sus intereses se extienden incluso más allá, hasta la música barroca, la colaboración directa con compositores y la improvisación libre. En resumen, el perfil de un músico completo con una personalidad artística única.
A mi vuelta en Zaragoza tuve claro desde el principio cómo iba a enfocar mi último curso de superior, y, desde luego, dónde me iba a presentar a hacer las pruebas de máster. Los planes cambiaron en un solo detalle: en vez de Viena, Zúrich, en cuya Universidad Lars empezó a enseñar en 2014. Atraído por las increíbles posibilidades de la Zürcher Hochschule der Künste, Lars estaba motivado por crear allí una nueva escuela de saxofón y desarrollar nuevos proyectos. Zúrich fue, finalmente, el único sitio donde me presenté a hacer las pruebas. Las cosas salieron bien y aquí estoy hoy, en una clase joven y en un ambiente fresco y motivador. Estoy desde luego en el lugar indicado para mí y me siento muy satisfecho y afortunado con esta decisión.
SaxRules: Describe un día normal en la clase de Lars.
Lars es un músico abierto y tiene confianza en el criterio y en los intereses de los alumnos. Los alumnos de máster, especialmente, tenemos bastante libertad en cuanto a la elección del repertorio y de los proyectos individuales. Siempre he tenido la sensación de que Lars no intenta imponer un modelo técnico, una manera concreta de tocar el saxofón: cuando escuchas a sus alumnos, es difícil reconocer algún rasgo común característico que pueda definir algo así como «su escuela». Es desde luego exigente con los parámetros técnicos objetivos de una partitura, pero su método es definir el objetivo y dejar que sea el alumno el que busque el camino para lograrlo. Para los alumnos de Bachelor la historia es diferente, sin duda. Sin embargo, para un alumno de máster, que supuestamente ha llegado a ese nivel con una técnica sólida y una manera de tocar el saxofón bien definida, es sin duda positivo sentir que puedes soplar con toda libertad del modo que más efectivo te resulte si puedes cumplir con las exigencias musicales de una partitura.
Hasta el momento, por tanto, poco hemos tocado los aspectos técnicos del instrumento. Las clases se centran en las obras y en los aspectos musicales y especialmente estilísticos de cada repertorio. Es difícil sorprender a Lars y cogerle verde con alguna obra: siempre conoce y recomienda buenas interpretaciones y grabaciones, siempre tiene algún título por ahí que recomendarte («pero igual te lo tienes que leer en alemán», me cae alguna vez). Es un músico con grandes conocimientos, bien informado y con buenas fuentes a mano.
Lars incentiva también la colaboración entre los compañeros de la clase. Todos estamos emparejados y tenemos un compañero (normalmente nos agrupa a los alumnos de máster con los alumnos de Bachelor) con el que debemos trabajar todas las semanas. Cada cierto tiempo también nos reunimos todos para un Studioclass, donde algunos presentamos delante de la clase las obras en las que estamos trabajando y recibimos comentarios por parte de todos los compañeros, lo cual resulta indudablemente enriquecedor. Quien ha estudiado con Lars se da cuenta bien pronto de la importancia que le da al factor humano y a las relaciones personales entre los alumnos de la clase y entre nosotros y él mismo.

SaxRules: Principales dificultades que te has encontrado en tus estudios en Zurich.
J.J: Alguna vez escuché por ahí que la etimología de Zúrich viene del alemán «Zu reich», que se traduce literalmente como «demasiado rico». Pues ése es el punto de partida, y al principio resulta bastante aterrador. Es bien sabido que Suiza es de los países más caros de Europa y Zúrich es, a su vez, la ciudad más cara de Suiza. La mentalidad de vida cambia completamente cuando vives aquí: el placer se convierte en un lujo que no todas las semanas puedes permitirte. Así como en España los estudiantes, la mayoría aún mantenidos por nuestros padres, podemos llevar una vida equilibrada entre el trabajo y el ocio y nos podemos permitir unas cervezas más de un día y más de dos, aquí es muy difícil andar despreocupado por los gastos y no revisar cada pocos días tu cuenta bancaria por si has entrado en números rojos sin darte cuenta. Evidentemente, es algo a lo que te acabas acostumbrando y aprendes a manejar tu dinero. Sin embargo, debo admitir que nunca llegas a sentirte completamente despreocupado ni completamente libre de hacer todo lo que quieras en tu ciudad, y eso es una limitación que se llega a hacer bastante pesada. Luego, lo de las cervezas a 7 francos es sin duda un drama inconsolable.
A esto hay que sumarle un promedio muy alto de días grises y convivir con la mentalidad suiza, burocrática y de un trato por lo general bastante frío. Aunque parezcan detalles sin mucha importancia, provocan un desgaste anímico diario que no hay que dejar de tener en cuenta. El idioma es, desde luego, otro de los grandes handicaps cuando empiezas a vivir en un nuevo país. Aunque yo pude avanzar un poco mis deberes con el alemán desde mis estudios en Viena, sigo lejos de poder comunicarme con fluidez en este idioma, si bien en la universidad y en la vida cotidiana puedes manejarte en inglés sin problemas.

SaxRules: Ventajas de estudiar en Zurich al margen del profesor.
J.J: Las condiciones económicas de Suiza, si bien se pueden hacer complicadas para un extranjero, se vuelven en la mayor ventaja del país si tienes suerte y consigues abrirte paso en el mundo laboral. La mentalidad suiza respecto a la música y al arte en general dista mucho, lamentablemente, de la que tenemos en España. El dinero abunda y se hace una gran inversión en cultura, en educación y en las artes. Y, consecuentemente, hay mucho trabajo para los músicos.
Desde que llegué aquí en septiembre, tuve muchísima suerte y conseguí muchas oportunidades de tocar y hacer dinero. He podido hacer un poco de todo, desde tocar en una banda de pueblo hasta en un festival de música contemporánea, pasando por un anecdótico bolo donde toqué unos standards de jazz en la fiesta de inauguración de una clínica oftalmológica.
Zúrich se presenta entonces como una opción muy atractiva para trabajar y como terrero fértil para desarrollar proyectos y plantearse hacer dinero con ellos. Aunque llevo solamente un par de meses, sí me estoy planteando extender mi estancia en Zúrich a través de un segundo máster o buscando algún trabajo estable después de mis estudios. Pero eso es algo que tendré que ver más adelante.
La otra gran ventaja es la Universidad. La Zürcher Hochschule der Künste (Universidad de las Artes de Zúrich) no es solamente conservatorio, sino que reúne todas las disciplinas artísticas en un solo edificio. La posibilidad de colaborar con artistas de diferentes campos, facilitada además por la filosofía interdisciplinar de la Universidad, es indudablemente enriquecedora, y permite poner en contexto constantemente tu desarrollo como músico y como artista. Solo necesitas salir un rato de tu aula de estudio y darte un paseo por el inmenso edificio: baja un planta y te encontrarás con los diseñadores gráficos, sube una y plántate un rato a ver las clases de los bailarines. Un poco más arriba los pasillos empiezan a llenarse de graffitis: estás en territorio de los estudiantes de bellas artes. La Universidad es en sí un museo y varios espacios se llenan semanalmente de los proyectos de los estudiantes de arte. Se puede estudiar allí veinticuatro horas los siete días de la semana. La Universidad cuenta con su propio museo y con un club de jazz con su propia programación, siempre gratuita para los estudiantes. Las posibilidades tecnológicas son prácticamente ilimitadas, y puedes hacerte con tres cámaras profesionales para hacer una grabación de forma completamente gratuita. Si alguna vez has soñado con la Universidad de las Artes ideal, lo más parecido podría ser la ZHdK.

SaxRules: Háblanos un poco del próximo Zurich SaxFest.
J.J: El Zurich International Saxfest se celebra por primera vez. Es un proyecto de gran envergadura que nos viene ocupando desde prácticamente principio de curso. Después de varias y siempre exitosas ediciones del Vienna International Saxfest, que atrajo durante años a multitud de profesores y estudiantes internacionales, Lars ha decidido este año centrar sus esfuerzos en crear un festival similar en Zúrich, que, con toda probabilidad, se repetirá todos los años a partir de ahora.
Esta vez mucho más corto, concentrando en un solo fin de semana desde el 3 hasta el 5 de marzo, el Zurich International Saxfest reunirá a una gran multitud de saxofonistas en un evento que incluirá masterclasses, conciertos, discusiones en mesas redondas y exposiciones. Los profesores internacionales invitados representan escuelas y generaciones muy diferentes y atractivas: Nikita Zimin, Rolf-Erick Nystrøm, Iwan Roth y Frederick L. Hemke. También enseñarán los profesores de las diferentes universidades suizas: Marcus Weiss, Beat Hofstetter, Sascha Ambruster y Raphael Camenisch, así como Michael Krenn desde Innsbruck y Harry White, miembro del cuarteto de saxofones Rascher.
Los conciertos tienen también un gran atractivo y se aproximan a todos los estilos musicales, desde el repertorio clásico del saxofón, las transcripciones orquestales (aquí hay uno que se tiene que estudiar el solo de fagot de la Consagración de la Primavera) y la música contemporánea, incluyendo estrenos absolutos de obras camerísticas y de ensemble. Los ensembles invitados, como Ensemble Nikel, Too hot to hoot o Five Sax tienen ya una larga trayectoria internacional y seguro que ofrecerán recitales de lo más interesantes.
Es sin duda un evento de gran interés y lo recomiendo a todo aquel que quiera hacerse un viaje en ese primer fin de semana de marzo y que esté preparado para una buena dosis de saxofón.

SaxRules: Háblanos de este video de tu canal de Youtube:
Kunststücke se trata de mi primera obra para saxofón y electrónica y se ha convertido, desde que la hice en Noviembre de 2015, en una de mis favoritas y probablemente la más recurrente de mis programas de mi concierto.
Mi faceta compositiva, si ya me puedo atrever a llamarla así, llevo descubriéndola entonces desde hace relativamente poco tiempo. El proceso, sin embargo, hasta llegar a la verdadera necesidad de componer mi propio repertorio, fue muy lento y fruto de la reflexión de varios años.
Esa necesidad derivó de una profunda preocupación respecto al oficio del instrumentista: ¿hasta qué punto los intérpretes somos capaces de imprimir nuestra expresión personal en las obras que interpretamos, siempre creaciones de otros artistas? Hace un par de años me entró un vértigo tremendo al reflexionar sobre ello, pues no encontraba la manera expresar mi experiencia personal, mis deseos y mis inquietudes, a través de la interpretación del repertorio clásico del saxofón. Por supuesto que me gusta Ibert, lo estudio al detalle para entenderlo, disfruto intentando ponerme en su piel e interpretando su obra haciéndola tan mía como sea posible, como si la música saliera por primera vez desde mi propia imaginación. Sin embargo, todos estamos muy lejos de esa ilusión: es imposible ponerse en los zapatos de Ibert, ni de Glazunov, ni de Desenclos, ni en el tiempo ni espacio en el que vivieron, los pensamientos que les ocupaban en los meses de composición ni cómo siquiera escucharían ellos sus propias obras. Intuí desde muy temprano que, si realmente quería decir algo a través de la música, si quería tener la oportunidad de contar mi propia historia, necesitaba explorar otros caminos.
Desde ese momento empecé a buscar desesperadamente la forma de desmarcarme del perfil del saxofonista clásico convencional. Debía encontrar algo que me definiera y que me separara del resto. Exploré el repertorio contemporáneo menos interpretado y empecé a colaborar de forma ininterrumpida con compositores. La experiencia con mis amigos compositores siempre fue de lo más enriquecedora y ya se iba acercando a mi anhelo. De algún modo, entender la música contemporánea, especialmente la de más reciente creación, resulta más sencillo que entender la música clásica. Porque los compositores son humanos de tu misma generación, viven en el mismo tiempo y espacio, consumen el mismo mundo, tienen las mismas preocupaciones y seguramente recurren a las mismas soluciones que a uno mismo se le podrían ocurrir. Colaborar con compositores me sigue pareciendo una de las formas más bonitas de hacer música.
En febrero de 2015 encontré finalmente mi vía de expresión más personal: la improvisación libre. Para mí, aquel descubrimiento fue mi resurrección como saxofonista: la improvisación era el matrimonio perfecto entre la interpretación, la dedicación casi artesanal al perfeccionamiento de tu técnica instrumental, y la composición en vivo, la oportunidad de crear en el momento y expresar así a través de la música tu propia personalidad. Desde ese momento, me considero un músico feliz y realizado y con capacidad para contar historias, para dar a conocer mis emociones más profundas de la forma más directa y honesta posible.
Pocos meses después de eso me animé a dar el paso al que tanto respeto le tenía: componer. Sin embargo, resultó un proceso de lo más natural ya que derivaba directamente de la improvisación. En realidad, la obra que escucháis fue escrita hace solamente unos dos meses. Kunststücke nació como obra electrónica sobre la que improvisaba libremente, pero que poco a poco tomó forma hasta que finalmente tuve la necesidad de escribir una partitura. Lo mismo sucedió con Paesaggio, que compuse unos meses después (y que si os apetece podéis escuchar también en mi canal de YouTube).
A día de hoy mi mayor ambición y motivación como músico es seguir creando, seguir componiendo obras y seguir mejorando en la improvisación. Como ya imaginarás, no hay ningún interés de comercialización de mi trabajo y ni siquiera me interesa que otros saxofonistas toquen mi música. Lo hago solamente para mí; mis obras son como un diario de experiencias y hablan de mí, de mis intereses y mis inquietudes como músico, representan mi forma de escuchar y de tocar música y mi forma de mirar y entender el mundo.

SaxRules: Momentos musicales más bonitos que hayas vivido como músico
J.J: Desde los últimos años, son muchísimos los recuerdos de momentos inolvidables haciendo música. Pienso con mucha intensidad y cariño en mis compañeros de Viena, y, especialmente, en mis compañeros de Zaragoza del curso pasado. Los momentos vividos con tantos músicos son la mejor parte de mí. Si tengo que nombrar conciertos en concreto, me quedaría quizás con el último concierto del ensemble de saxofones del Csma, que sintetizó todo un año de amistad y compañerismo. Fue una experiencia muy intensa. Aguanté solamente dos obras hasta que me puse a llorar en el escenario. Estar allí, tocando con los compañeros, felicitándonos con miradas y sonrisas durante cada interpretación… fue maravilloso. Hacer música junto con tus seres queridos es un milagro.
Me quedo también con el concierto en el museo Pablo Serrano de Zaragoza en mayo del año pasado, donde interpreté mi obra Paesaggio junto con dos bailarines increíbles. He colaborado en varias ocasiones con artistas de diferentes disciplinas: bailarines, pintores, vídeo-artistas… pero aquella ocasión fue de las más especiales. Paesaggio describe una historia muy literal de una experiencia que me marcó profundamente. Se la expliqué y estuvimos discutiendo cómo llevar la idea a cabo. Cuando en el primero ensayo Jaime y Carlota salieron al escenario, la sensación fue indescriptible: no solo contaron la historia, la hicieron completamente suya, la revivieron en el momento. Fue tremendamente conmovedor ver a otros artistas interpretando tu idea, hacerlo de una forma tan magistral, contar juntos una historia. Fue, sin ninguna duda, una de las experiencias más mágicas de toda mi carrera.
Me quedo también con una anécdota que siempre recordaré. En este mismo verano, conocí en el escenario a unos bailarines e improvisamos juntos. Fue la actuación más imprevista de mi vida y lo pasé genial. A partir de esa colaboración tan casual, me invitaron a tocar para ellos en unas jams de danza que organizaban todos los jueves en un local que es como una nave industrial. Al principio tenía una pinta de ritual a lo Eyes Wide Shut que lo flipas. A ver si van a estar locos y me van a sacrificar o algo. Pero fue una experiencia divertidísima: ellos empezaron a moverse y yo empecé a tocar junto con un músico electrónico. Cuando después de una climática última pieza sentí que estaba poniendo punto y final a la sesión, paré y me di cuenta de que había estado dos horas tocando ininterrumpidamente. Me sentía tremendamente satisfecho. Se me acerca entonces el chico que me había invitado, me pone la mano en el hombro y me dice: “muy bien chaval, pero a esto le queda todavía una hora más”. Pero yo aquel día ya no podía dar más de mí. ¡Qué ganas de volver a Mallorca y recuperar esas sesiones!
SaxRules: Nombra a 5 saxofonistas que más te hayan influido y por qué
J.J: Durante estos años he conocido a multitud de músicos increíbles. Profesores, compañeros, colegas… todos me han aportado algo y me han llevado a ser el músico que soy hoy. Siempre le estaré agradecido a Amèlia Collinge, mi profesora de saxofón del grado medio, por todo el esfuerzo que me dedicó y por cómo me inculcó una filosofía de trabajo duro que aún hoy conservo con convicción. A Mariano García, mi profesor en Zaragoza, el mejor profesor que nunca tendré, un músico que ama su trabajo y una persona buena que me cuidó y me encaminó durante los años más convulsos en lo personal y en lo artístico. Y a Lars, otro enamorado del arte y del saxofón, por ser una fuente de inspiración constante y por saber transmitir su pasión.
Aunque solo haya podido trabajar con ellos de forma puntual en varias ocasiones, dos de los saxofonistas que mayor impronta han dejado en mí son también Marcus Weiss y Jean-Denis Michat, cuya honestidad y pasión han sido motores para mí durante muchos años.
Pero los músicos que más me han empujado siempre han sido mis compañeros. Vernos crecer juntos, evolucionar y conseguir nuestras metas ha sido lo más enriquecedor y satisfactorio de mi recorrido personal. De todos ellos me quedo con Víctor Pellicer, con el que tanto he compartido en estos últimos años.
SaxRules: Set-up
J.J:
Soprano serie III, S90 170. Cañas Vandoren del 3 y medio.
Alto serie III, Concept. Cañas D’addario del 3 y cuarto o Vandoren del 3 y medio.
Tenor, T20. Cañas Vandoren del 3 y medio.
Barítono, BL3. Cañas Vandoren del 4 y Légere del 3 y tres cuartos.

SaxRules: Proyectos actuales y próximos.
J.J: Ahora mismo el Zurich Saxfest nos absorbe completamente. En el festival voy a interpretar varias obras con mi cuarteto, siendo quizás XAS de Iannis Xenakis el mayor reto. También interpretaré una obra de José Pablo Polo junto con mi trío, otra a solo con electrónica en vivo con Florian Bogner y en todas las del ensemble. También nos entusiasma especialmente la colosal La Bocca, I piedi, Il Suono de Salvatore Sciarrino, donde interpretamos las partes de los cuatro saxofones solistas y donde se nos unirán cien saxofones más. Se trata de una obra de cuarenta minutos de duración en 70 páginas de partitura, un gran reto.
Después del Saxfest se van a cocinar proyectos de lo más interesantes. Estoy muy emocionado con la formación de un nuevo dúo con la mezzo-soprano Samina Molfetta, con la que voy a empezar a trabajar nada más acabar el Saxfest. Con ella nos vamos a dedicar a la improvisación libre, al repertorio consagrado y a las nuevas creaciones colaborando con compositores suizos y españoles. Tenemos muchas ganas de trabajar duro y creemos que el proyecto puede prosperar.
A finales de abril me voy a volver a reunir también con mi compañero del Dúo Demian, el pianista Magí Garcías, para empezar un proyecto muy ambicioso que consistirá en la interpretación de Bach y en el intento de traducción al lenguaje moderno a través de la improvisación y que vamos a desarrollar a lo largo de los siguientes meses.

Me hace muchísima ilusión también haber sido invitado por Rodrigo Vila al noveno Mallorca Saxophone Festival, un completísimo festival que yo atendí por primera vez cuando tenía 14 años y que me ha marcado profundamente a lo largo de sus ediciones. Es una oportunidad muy especial para mí ahora, después de estos años, poder tocar un concierto a solo en este magnífico festival que se celebra en casa. Para ello, voy a preparar un programa de lo más personal con tres obras mías, improvisaciones y dos obras escritas para mí por Helena Cánovas y Bernat Quetglas, magníficos compositores y grandes amigos. Va a ser sin duda una experiencia muy especial.
SaxRules: Sueña y pide un deseo como músico.
J.J: No perder nunca la curiosidad ni las ganas de trabajar duro, ampliar constantemente los horizontes y ser siempre honesto con lo que hago. Y básicamente, como decía Hermann Hesse, “hacer música, tanta, tan bien y tan intensamente como sea posiblemente”.
SaxRules: Muchísimas gracias Joan!