Sigo entrevistando a saxofonistas que me inspiran, y en esta ocasión contamos con una fantástica saxofonista de Granada. Una persona humilde , cercana, muy trabajadora y discreta que muchos conoceréis por ser la saxofón Bajo en el Ensemble Nacional Músax y otros por su interesante trabajo como profesora de saxofón del Conservatorio Profesional Ángel García Ruíz de Ceuta.
Hoy, SaxRules.com Isabel Fernández Cabello (en pleno viaje por Egipto).
SaxRules: ¿Cómo apareció el saxofón en tu vida?
Isabel: Pude conocer el instrumento cuando mi hermana asistía a la Banda Municipal de la Zubia. Fue un flechazo. Nada más verlo, tuve clara mi elección.
SaxRules: Háblanos de tu formación entre Granada-Málaga.

Isabel: Comencé en Granada, cuando el Conservatorio Profesional ni siquiera tenía instalaciones propias. En mis primeros 6 años de formación tuve un profesor distinto cada año, entre ellos Manuel Ureña y Toni Cotanda y, finalmente en Málaga Tomás Guarino, con quien permanecí hasta terminar Grado Medio. Pude también contar a nivel particular con otros profesores/as, como Eva Maldonado, Miguel Romero y Ana Lencina, continuando con ella Grado Superior.
Durante mi carrera, tuve la suerte de conocer docentes y compañeros/as que me aportaron mucho, dentro y fuera de la enseñanza reglada. Resalto la relación tan especial que he tenido siempre con algunos, como Alfonso Llamas, ¡muy a nuestro pesar!
SaxRules: Actualmente eres profesora del Conservatorio Profesional “Ángel García Ruiz” de Ceuta. Haz balance de tu faceta docente.

Isabel: Volviendo la vista atrás, recuerdo y aún agradezco la amabilidad con la que se me atendió desde el primer minuto en Ceuta. Mi llegada al conservatorio fue tan bien atendida y mis compañeros/as tan amables y serviciales, que me costaba creer lo que estaba sucediendo. Agarré una “oferta” de pocas horas contractuales, largas e intensas jornadas viajeras y cero ahorro económico, pero todo lo demás lo preveía positivo: experiencia, emancipación y aprendizaje. Era una época en la que no había crisis, y desconocíamos lo que se avecinaba. Apostar por ello fue uno de los aciertos de mi vida profesional y personal. El balance que puedo hacer respecto al aula de saxofón es similar al del resto de especialidades en este centro. Resalto la humildad de mis compañeros/as y todo lo que van (vamos) consiguiendo día a día. Desde que conocí el centro ha evolucionado muchísimo y exponencialmente, y seguimos trabajando para que así siga siendo.
Lo primero para mí es trabajar con “niños/as” (¡y adultos!) felices; en Ceuta no tenemos Bachillerato Musical, y se hace muy duro el fin de las EEPP. Claramente, para el alumnado ceutí es un detrimento. Suerte que el equipo de nuestro Centro tiene esto muy en cuenta, a pesar de lo difícil que se hace también a nivel docente.
Con el saxofón, perseguimos adquirir destrezas técnicas y artísticas disfrutando tanto como esté a nuestro alcance. Esto me lleva a tener que individualizar mucho las enseñanzas, lo cual me encanta, porque repercute directamente en la motivación de ellos/as. Me facilitan mucho la tarea con sus peticiones y sugerencias. Realmente, son la caña; me lo ponen muy fácil siempre.
Estoy muy contenta, por ejemplo, con el trabajo de técnica que andamos haciendo, a través de versiones de cualquier estilo musical, canción, estándar u obra, el de repertorio junto a familiares y amigos y la fusión performativa con otras artes, como la danza y la dramatización.
Complementariamente, hacemos intercambios (Algeciras, Jaén y casi París, que se paralizó por el COVID), cursos y audiciones ordinarias (como el concurso de Saxofonistas-Compositores, el Concierto Carnavales, las Máster-Audiciones o los recitales fin de EEPP), que las disfrutamos especialmente. Procuramos tener como mínimo, una actividad complementaria al mes, para hacer el estudio funcional, por proyectos, tal y como sucede a nivel profesional.
SaxRules: Además de tu titulación superior como profesora de saxofón y además de haber realizado varios másteres eres ingeniera técnico industrial. Háblanos de esta otra faceta tuya.
Isabel: Soy más apretada que unos zapatos nuevos; cabezona, cuadriculada e intensa. Dicho esto, continúo.
Fueron unos años en los que cursaba continuamente varios estudios a la vez. Por poner un ejemplo, cuando empecé a trabajar en Ceuta andaba haciendo el Máster de Profesorado, terminando el de Interpretación de la UNÍA y realizando urgentemente (acechaba el Plan Bolonia) la parte presencial de mis estudios de ingeniería. Mis días comenzaron muy, muy, muy temprano durante más de diez años. Compatibilizar era difícil y no lo suelo recomendar, pero hubo algo que fue clave y me permitió continuar: priorizar.
Mi “doble vida” (¡y aquellos madrugones!) se pausó en 2015, y la he reanudado este curso. No puedo negar mi pasión por la mecánica, transmitida en gran parte por mi padre.
SaxRules: Entre otras agrupaciones, formas parte del Ensemble Músax. Háblanos de tu participación en estas agrupaciones y qué te aportan.

Isabel: Desde mis inicios como docente y mi traslado a Ceuta, supe que debía moverme si quería desarrollarme artísticamente. En mi opinión, la faceta interpretativa repercute en gran parte en la docente, y por supuesto, en mi realización profesional.
El Estrecho nunca ha sido excusa para perderme experiencias inolvidables: Pretendo estar en todo lo que tenga claro ser, y lucho por ello cada día.
Como saxofonista, resalto aprendizajes y vivencias como la emprendedora en la OST, el directo en Castilla la Mancha Media, la familiar de Brassarquía y, por supuesto, mención especial a ese grupo de musas que actualmente me dan tanta vida. Músax está siendo para mí uno de los proyectos musicales y personales más enriquecedores, hecho por lo que perdura en mi vida desde hace 4 años y espero así siga siendo durante muchos años más. Me gustaría agradecer a todos/as quienes tanto nos ayudan, muy especialmente al enorme Manuel Fernández y su equipo (Mafer Música) en nuestro estreno; su dedicación marcó un punto de inflexión muy importante para la agrupación.

Me gustaría aprovechar esta cuestión de la entrevista para reclamar la necesidad de una mejor regularización laboral del artista (freelance), así como su compatibilización con la labor docente.
Por otra parte, noto siempre mucha curiosidad cuando hablo de los trayectos por el Estrecho. La Ciudad tiene dos posibilidades (aunque no siempre ha sido así): el barco, con cierto punto intrigante, pues ante un temporal pueden cancelarse los trayectos, o el helicóptero (menos susceptible de cancelación), cuya principal ventaja es la duración del trayecto. Sea uno u otro, no suponen demasiado sacrificio tomándolo con paciencia. Afortunadamente, una tiene siempre algo que hacer y se entretiene durante el viaje.
SaxRules: Quiénes son las 5 personas que más te han influido como músico/persona.
Isabel: No puedo generalizar, ni elegir 1, ni 3, ni 5: cada cual aporta y es según su circunstancia, todo es muy relativo. Pretendo quedarme siempre con lo mejor de cada persona o experiencia, como buena amante de la diversidad.
Al margen de esto, han podido ser máximos especiales: musicalmente, la simpl-ejidad de Mozart, los nocturnos de Chopin, la extroversión de Cage y el contenido de Beethoven; en el saxofón, la expresión de Borkamp, la energía (“garras”) de Maribé, la idolatría pedagógica de Eric Devalón y el patriarcado de J.M Londeix; y personalmente, que cada vez cobra más importancia para mí (¿será por la edad?), la voluntad de Dña. Susana Huertas, el cariño de mi hermana, el amor de mis abuelos, el liderazgo de los señores Galán y Bernal, el “Adelante, tú puedes” de mi tía, la capacidad de mi amigo Javi (Peque), el coraje de Pablo Ráez o la vida molona de Raúl Gómez.
Tengo la suerte de sentirme muy, muy querida allá donde voy, y este bienestar revierte en todas mis facetas. Debemos saber elegir y saber discriminar: trabajo mucho esto a nivel interno.
Por último, no puedo obviar a alguien con cantidades variadas de diversas virtudes y defectos, combinadas en forma de Perfecta Imperfección: mi madre. Es, sin duda, el ser más ejemplar que conozco.
SaxRules: ¿Tu momento musical más dulce?
Isabel: No sé si es el que más, pero sí ha habido dos muy recientes: la colaboración en el 35° Aniversario de la Unidad de Conductas Adictivas del Ayto. de Ceuta, vivencia que compartí con mi hermana, y la última comida familiar, en la que compartí escenario con mi sobrino.
SaxRules: Set-up
Isabel:
Soprano: SELMER serie III (2014), boquilla Selmer Concept.
Alto: Selmer Serie II (2004) y Concept.
Tenor: SELMER serie III (2007) y Vandoren T20.
Bajo: Buesher (1946) y Vandorem V5.
Aún así, me quedo con lo que pude escuchar de Arno Borkamp en una ocasión: “lo que importa es el indio, no la flecha”. Pero como no soy jefa india y hay tanta innovación, nunca dejo de probar material.
SaxRules: Háblanos del running!

Isabel: Descubrí el deporte allá por 2017, en búsqueda de remontar mi salud (física y psicológicamente) y fortalecer mis brazos, ya que acababa de adquirir el saxo bajo y no podía con él. Lo que comenzó siendo una rutina genérica de deporte, acabó siendo la prioridad en mi vida: hay que cuidarse para poder cuidar.
Mi primera pasión resultó ser el kick boxing, práctica de la que aprendí muchísimo, sobre todo a nivel gestual, de movilidad, de concentración y como fuente de desahogo. No puedo olvidarme de quien es un referente para mí, Sergio Paniagua y su templo (Training Thai Studio), y el mejor contacto que he podido tener con este deporte.
Llegado el COVID-19, período en el que jamás cesé mi práctica deportiva, hubo una obra que salvó mi confinamiento: “La vida mola”, de Raúl Gómez. Fíjate si mola, que pude hacer hasta 12 km en un estudio de apenas 30 metros cuadrados.
Cuando nos desconfinaron, busqué hasta dar con lo que quería: fue a través del running y de alguien a quien tengo muchísima admiración en muy poco tiempo: el atleta Jaume Leiva. Actualmente, entreno running, combinado con otros, como la natación y la BTT, y pretendo adaptar mi vida tomando como prioridad mis entrenamientos. Me gustaría destacar la importancia del trabajo de fuerza, además de para cualquier disciplina deportiva, para la práctica de nuestro instrumento; he podido notar muchísima (¡pero muchísima!) evolución en mi práctica con el saxofón trabajando fuerza y CORE. Y más importante aún, es clave para nuestra salud, ¡lo dice una que va rumbo a Abu Simbel con una pubalgia aguda!
Mi día a día
Me encuentro en una etapa de lo más hedonista. La vida me ha llevado a hacer una lista de prioridades (¡literal!), que tengo en cuenta en cada decisión que tomo, y de este modo soy muy feliz. La música y el deporte son mi forma de vida; me encanta viajar para correr, o sacar el saxofón y tocar allá donde encarte. Estoy atravesando barreras que en otras etapas ni siquiera existían en mi imaginación. Me ilusiona especialmente repartir alegría y dar lo mejor de mí siempre que pueda.

Pero también he tenido diferentes tipos de luchas y ninguna ha sido “más” o “menos” dura que otra por su naturaleza, sino por sus circunstancias.
Al respecto, soy una más de quienes hemos estado 10 años luchando (luchar = querer + hacer) por un sueño. Sueño que finalmente he conseguido, valoro como oro en paño y por lo que llevo más de un año dando gracias todos los días, varias veces al día: la estabilidad. Tener una plaza marca demasiado la calidad de vida, mucho más que la calidad profesional o docente. Conozco grandísimos profesionales, de los que he aprendido y aprendo a diario, que necesitan esta estabilidad y no la tienen. Me he prometido demasiadas veces nunca olvidarme de ello. Parte de mi gratitud, ¡va por ellos/as!
Afortunadamente, están cambiando mucho las cosas. Se respiran unos nuevos tiempos de oportunidades y convocatorias, y es esto en lo que ahora toca centrarnos.
Por último, me gustaría compartir un decálogo de frases, que va variando según mi camino y sensaciones, pero que siempre me ayuda y, por supuesto, también en mi profesión:
Never give up!
Más no es mejor.
Vive y deja vivir (D. Octavio Moreno).
Coraje = corazón+valentía (P. Ráez).
No puedo terminar esta entrevista sin agradecerte todo lo que aportas al mundo de nuestro maravilloso instrumento. Mucho más, siendo malagueño; me siento muy orgullosa de ti, Rafa. Gracias, y ¡larga vida a Sax-Rules!
SaxRules: Muchísimas gracias Isabel!!