Hoy vamos a entrevistar a un saxofonista de Leganés (Madrid) formado en el Conservatorio Profesional Amaniel bajo la tutela de Ángel Luís de la Rosa y que en la actualidad realiza los estudios superiores en el CNR de Bordeaux con la profesora Marie-Bernardette Charrier.
Este joven saxofonista recibió el Primer Premio en la “V International Saxophone Competition Jean-Marie Londeix”, que se celebró en Bangkok (Tailandia) el pasado Julio, siendo el ganador más joven de la historia de uno de los grandes concursos más reconocidos a nivel internacional
Es miembro de la Banda Municipal de Música de Getafe, de la Asociación Musical Villa de Esquivias y forma parte del cuarteto de saxofones Thesis junto a Alvaro Arias, Pablo Vigo y Roi Barros.
Hoy entrevistamos a Carlos Ordóñez de Arce.
SaxRules: Carlos, ¿por qué Marie-Bernadette Charrier?
Carlos: Es una pregunta que requiere reflexión porque entran en juego muchos factores…, pero podría decir en primer lugar y sin miedo a equivocarme que formarme con ella ha sido una de las mejores y más importantes decisiones que he tomado en mi vida tanto a nivel profesional como personal.
Conocí a Marie-Bernadette Charrier en el año 2013 durante el “Encontro Galego do Saxofón” que se celebró en Santiago de Compostela. Por entonces yo estudiaba el grado medio en el Conservatorio Profesional de Música Amaniel de Madrid con Ángel Luis de la Rosa y empezaba a conocer el panorama saxofonístico (repertorio, profesores e intérpretes de muy alto nivel).
Me sorprendió por varios motivos a lo largo de aquel curso: su nivel de exigencia en clase, su personalidad… Todas las referencias y opiniones que había oído sobre ella las pude experimentar en primera persona. De aquel verano guardo un recuerdo especial de la conversación que mantuvimos al finalizar el curso. Tuvimos ocasión de hablar distendidamente y me felicitó por el premio que había recibido en el concurso “Ramón Guzmán”, que se había celebrado durante aquellos días. Sus palabras fueron muy motivadoras para mí y un estímulo muy potente para seguir estudiando.
A raíz de aquel primer contacto de 2013 empecé a interesarme sobre lo que ocurría en el aula de saxofón de Burdeos. Las noticias me llegaban gracias a Adrián Piñeiro, un antiguo compañero del Conservatorio de Amaniel y muy buen amigo, que comenzaba a estudiar allí.
Al cabo de unos años, volví a tomar contacto con ella para barajar la posibilidad de realizar bajo su tutela los estudios superiores, todo esto con mucha incertidumbre en un principio. Hice un viaje exprés a Burdeos con mi gran amigo Diego Garrigo, donde tuvimos la oportunidad de escuchar a varios alumnos del aula, ver cómo se desarrollaban dichas clases y comprobar los progresos de antiguos compañeros y conocidos. Asimismo fue un privilegio conocer en persona a Jean-Marie Londeix y a François Rosse en un ambiente más cercano y tuvimos la oportunidad de asistir como oyentes a sus masterclass y conferencias. Aquellas experiencias me reafirmaron en mi idea de que Burdeos era un aula de referencia en la enseñanza de saxofón.
Otra poderosa razón para formarme con Marie-Bernadette Charrier es sin duda su entrega y dedicación al desarrollo del saxofón, en particular con su ensemble de música de cámara Proxima Centauri, que la convierte en una de las saxofonistas más reconocidas internacionalmente en el ámbito de la música contemporánea. Todo esto era un mundo nuevo para mí, un ambiente de profesionalidad que me ha hecho madurar tanto personalmente como profesionalmente.
Y ahora, después de un año estudiando en Burdeos y todo lo que he vivido, puedo decir que su forma de trabajar y su labor a la hora de sacar lo mejor de cada alumno son efectivas.
SaxRules: Describe un día normal en la clase de Marie-Bernadette Charrier.
Carlos: En el aula de de Burdeos con Marie-Bernadette somos 10 saxofonistas de diferentes nacionalidades, algo que enriquece el ambiente y de lo que también se aprende mucho.
«Maribé», como la llamamos en confianza, imparte las clases individuales el mismo día de la semana a todos los alumnos. A primera hora de la mañana realiza una clase de técnica conjunta muy exigente en cuanto al nivel de dominio del instrumento. De este modo, en la clase individual ya no tratamos aspectos técnicos, sino que nos centramos en hablar y compartir opiniones acerca de la música, con todo lo que ello implica: información sobre lo que tocas, estilo, época, compositor…, y un largo etc. Las clases tienen una duración variable, dependiendo del alumno y de la preparación previa que haya hecho cada uno. Maribé hace mucho hincapié en la importancia de escuchar y ser escuchados. Nos anima a que asistamos a las clases individuales de nuestros compañeros e insiste en los beneficios que aporta el compartir conocimientos entre todos, ya que así no hay que repetir conceptos cuando varios tocamos la misma obra o estudio y el aprovechamiento del tiempo es óptimo.
Tenemos clase individual todas las semanas y cuando por alguna circunstancia ella no puede impartirla, se recupera teniendo dos clases otra semana. Hacemos examen de técnica a mitad de curso y con las bases de esa prueba trabajamos los aspectos técnicos durante todo el curso.
También recibimos clase de música de cámara contemporánea con ensemble una vez a la semana. Hemos trabajado varias obras –algunas con percusión y voz– y hemos realizado numerosos conciertos. Aparte, he tenido oportunidad de compartir clases con un compañero pianista, en las que hemos preparado varias obras del repertorio camerístico contemporáneo de saxofón y piano. Trabajar con Maribé este tipo de música de manera profesional me ha resultado muy interesante y me ha aportado muchas cosas a la hora de ponerme en un escenario y tocar delante del público.
Sin duda, otra de las experiencias más gratificantes para mí en Burdeos son las clases que denominamos “Sonata”, normalmente una vez por semana, en las que tocas delante de todos tus compañeros. El hecho de ponerte en la situación de realizar pequeñas audiciones semanales ayuda mucho en el día a día. Ni que decir tiene que, además, es una oportunidad única de trabajar, ensayar y recibir clase de Hilomi Sakaguchi, una magnifica pianista que no se cómo describir… Profesional y personalmente es una maravilla. Tocando con ella experimentas la sensación de tocar con la máxima seguridad. Es impresionante. He de decir que recibir estas clases de Maribé e Hilomi al mismo tiempo ha sido fundamental y decisivo en mi formación.
Y para concluir con mi descripción de cómo es formarse con Marie-Bernadette, aparte de todo lo mencionado anteriormente, no puedo pasar por alto que a lo largo de este primer año, y con el concurso internacional “Jean-Marie Londeix” a la vista, nos hemos dedicado a prepararlo, trabajando fase por fase y rodando el programa poco a poco.
SaxRules: Principales dificultades que te has encontrado en tus estudios en Burdeos.
Carlos: Lo normal cuando vas estudiar a otro país es que tengas que adaptarte a varios factores que te vas encontrando, distintos a los que estabas acostumbrado. Particularmente para mí la principal dificultad ha sido aprender un nuevo idioma, pues cuando llegué a Burdeos, no tenía ni la menor idea de francés. También la búsqueda de vivienda ha sido complicada…
Aunque hay varios españoles estudiando en Burdeos, dentro de mi clase para las asignaturas teóricas, danza, teatro, etc., no había nadie que hablara castellano y, en un principio, me costaba mucho comunicarme con mis compañeros porque no era capaz de decir dos palabras seguidas. Por suerte, el francés es un idioma que proviene del latín, así como el castellano, y por tanto, tanto la comprensión como su aprendizaje es más sencillo partiendo de nuestro idioma.
Con respecto a la búsqueda de alojamiento, por momentos parecía un objetivo imposible. Los primeros meses tuve la grandísima suerte de que mi compañero Sergio Eslava me acogiera hasta casi el mes de diciembre. Vivir con él hacía las cosas un poquito más fáciles porque se defendía bien en francés y me ayudó en muchos aspectos.
No es estrictamente una dificultad, pero sí supuso un reto importante para mí el hecho de que mis compañeros del Pôle-Superieur fueran profesionales, con más experiencia que yo, con un nivel de estudios mas alto que el mío y proyectos muy interesantes en sus manos. He aprendido mucho de ellos. Ha sido impresionante el trabajo técnico que hemos hecho a lo largo del curso, por ejemplo con mi compañera del aula de saxo Carmen Ferrando preparando un concierto juntos. En definitiva, trabajar mano a mano con buenos profesionales ha sido tremendamente productivo para mí.
Afortunadamente puedo decir que, después de un año, ha mejorado mucho mi nivel de francés y… ¡Ya no tengo que volver a buscar piso! 😉
SaxRules: Ventajas de estudiar en Burdeos, al margen del profesor.
Carlos: En la elección de la ciudad tuve en cuenta varios factores. Por un lado, Burdeos es una de las ciudades más importantes del sudoeste de Francia, famosa por ser una de las zonas vinícolas con más prestigio del mundo. El centro histórico es impresionante, puedes perderte por sus calles e ir descubriendo sus bellos rincones y magníficos monumentos, no en vano es conocida como «la perla de Aquitania». A mí me cautivó desde el primer día y aún me sigue sorprendiendo.
Por otro lado, aparte de su interés histórico, urbanístico y cultural, como músico me ha brindado la oportunidad de tocar en una gran variedad de salas, tanto en el mismo Burdeos como en sus alrededores. También he tenido el privilegio de conocer personalmente a grandes músicos y compositores que residen aquí, entre los que se encuentran mis profesores del conservatorio y maestros de la talla de Jean Marie-Londeix, François Rossé, Christian Lauba, etc.
Es una ciudad que ofrece al estudiante una vida cultural activa y rica en opciones. Destacaría la multiculturalidad y la mezcla de nacionalidades, personalmente me resulta muy inspiradora y estimulante para la creatividad. Mis compañeros proceden de distintos países como China, Venezuela, Argentina, Singapur… esto hace que tengamos un ambiente estupendo dentro y fuera del aula con muchos de mis compañeros. Me vienen a la cabeza, por ejemplo, los buenos momentos que he disfrutado en compañía de mis compañeros Zhiwei Feng y Adrián Sánchez, a quienes me une una gran amistad.
SaxRules: Momentos musicales más bonitos que hayas vivido como músico.
Carlos: Una de las primeras experiencias inolvidables fue la que compartí con mis compañeros Luis Homedes y Pablo Fernández a la edad de 17 años, con ocasión de dos conciertos que ofrecimos en la ciudad de Tánger (Marruecos) con el cuarteto de saxofones del Conservatorio de Música Amaniel. También guardo un grato recuerdo de los conciertos con la OSCJMJ en el Teatro Monumental de Madrid, en los que toqué dos de los grandes solos compuestos para saxofón y orquesta: Bolero de M. Ravel y Tableau d´une exposition de M. Mússorgsky.
Tampoco olvidaré nunca que con esta orquesta viví una de las experiencias más angustiosas que he tenido encima de un escenario. Fue en 2016 durante el concierto de Navidad, yo tenía que comenzar una de las obras con un solo escrito para la ocasión. Salí al auditorio con la orquesta ya situada, me senté en mi puesto y descubrí que no estaba mi carpeta. Era evidente que, al reordenar la escena después de tocar el Bolero, se habían llevado mis partituras. No había escapatoria, el concierto se retransmitía en directo por TVE y el Teatro Monumental estaba completamente lleno. Esto supuso para mí un nivel de estrés impresionante por la responsabilidad que tenía sobre mis espaldas. Aún no sé cómo pude mantener la calma, sorprendentemente, conseguí tocar de memoria y solventar la situación de manera satisfactoria.
Por último, sin duda el momento musical mas enriquecedor y gratificante que he vivido es la participación en el V Concurso Internacional de Saxofón Jean-Marie Londeix en Bangkok (Tailandia), donde tuve el honor de llegar a la final y recibir el Primer Premio. Para mí ha supuesto toda una experiencia transformadora, pues allí conocí, conviví, toqué y aprendí de magníficos saxofonistas profesionales como Evgeni Novikov, Bob Eason y Aiwen Zhang, entre otros muchos. Nunca olvidaré la oportunidad de poder tocar con la Thailand Philarmonic Orchestra en el Prince Mahidol Hall, una de las grandes salas de Tailandia. Para mí, ha sido un sueño poder trabajar con esta orquesta y su director Delta David Gier, a quienes desde estas líneas agradezco su disponibilidad y predisposición para colaborar, facilitándome la labor de tocar como solista.
SaxRules: Nombra a 5 saxofonistas que más te hayan influido y por qué.
Carlos: A riesgo de dejarme algún nombre en el tintero, hoy por hoy son tres los saxofonistas que considero fundamentales en mi formación:
Desde que comencé mis estudios con el saxofón, puedo decir que he tenido la suerte de contar con un segundo padre, tanto a nivel personal como musical: Ángel Luis de la Rosa. Ha sido la persona que me ayudó a centrarme cuando tenía la cabeza… aún no sé dónde. Musicalmente me ha aportado muchísimo y tengo plena confianza en él y no solo en el ámbito musical. Todo lo que pueda llegar a ser como saxofonista es en gran parte gracias a sus enseñanzas. No me hacen falta muchas palabras para describir a Ángel Luis, siento un especial aprecio hacia el.
Otra de mis referencias es Álvaro Arias González, mi compañero de Thesis Quartet. Fue una persona clave durante el año más decisivo de mis estudios en el Conservatorio de Música Amaniel. Formamos un dúo en el último curso de mi grado profesional y su manera de trabajar y disciplina en el estudio supusieron un punto de inflexión en mi relación con el instrumento. Fue un gran apoyo para mí y hoy somos grandes amigos.
Qué decir de Marie-Bernardette Charrier que no haya dicho ya en esta entrevista… en un solo año en Burdeos ha conseguido que trabaje como en mi vida, su confianza en mí ha hecho que diera lo mejor de mí mismo y me empleara a conciencia con vistas a conseguir el objetivo de este año, que ha sido el concurso “Jean-Marie Londeix”. Estoy muy agradecido y espero seguir trabajando con ella al mismo nivel.
SaxRules: Cuéntanos tu experiencia en el 5º concurso Jean-Marie Londeix.
Carlos: Ha sido una gran experiencia, empezando desde el primer día que me planteé participar en el concurso. El hecho de preparar un repertorio tan exigente a nivel técnico y musical, profundizar en diferentes tipos de estilos, tocar de solista, con acompañamiento de piano, con electroacústica… es algo muy gratificante. Era la primera vez que participaba en un concurso del más alto nivel; esto, por un lado, me quitaba presión, pues las pretensiones eran muy modestas y, por otro lado, me motivaba muchísimo embarcarme en esa aventura.
Para los participantes, el concurso comenzó el 9 de julio, con el sorteo de los horarios de la primera fase, y se prolongó hasta el 22 de julio, que fue el día de la final y la entrega de premios.
El primer día éramos alrededor de 70 saxofonistas y, casualidades de la vida, en el sorteo me tocó ser el primero en tocar. Aquí aparecieron los nervios, pero afortunadamente todo fue muy bien y, tras el duro proceso de selección, cuando me vi entre los 20 que pasábamos a la semifinal, la alegría fue desbordante.
A continuación, tuvimos varios días para prepararnos, ensayar con el pianista y trabajar nuestra actuación con la electro. Mientras que en la primera fase habíamos tocado en una sala no muy confortable para un músico, debido a su acústica, en la segunda pasamos a un auditorio de la universidad con óptimas condiciones, donde me resultó muy agradable tocar. Quedé muy contento con mi actuación y disfruté como un niño con un juguete nuevo tocando allí, pero mis expectativas aún no llegaban hasta donde realmente llegaron más tarde.
Ese mismo día anunciaron los finalistas, en el momento de escuchar mi nombre sentí una gran emoción, pero a la hora de salir al escenario junto a quienes serían mis contrincantes en la final las piernas me temblaban como hacia mucho tiempo. Cuando fui consciente del punto en el que estaba, me vi bastante apurado, pues, por decirlo de algún modo, la obra que teníamos que interpretar y yo no nos llevábamos muy bien. Para ser sincero, apenas la había trabajado y me veía lejos de poder dar la talla en una final de ese nivel. Por fortuna, reaccioné rápidamente y me enfrenté con la realidad. No había vuelta de hoja: mientras todos mis compañeros hacían turismo por Bangkok y alrededores no me quedaba otra que encerrarme. Me pasé varios días sin salir de la habitación del hotel estudiando día y noche, aún no sé cómo no me echaron de allí… Fue un poco duro.
La fase final transcurrió en el asombroso Prince Mahidol Hall, donde tuvimos la oportunidad de realizar un ensayo con el director y dos ensayos con la orquesta que, por su parte, había realizado previamente un gran trabajo con la obra que interpretábamos, y ni que decir tiene que el director lo tenía todo más que claro, así que los ensayos resultaron ser muy productivos y, una vez mas, recibí la inestimable ayuda de mi amigo Sergio Eslava que vino a escucharme en el primero y me dio una pormenorizada y sincera opinión desde fuera, de la que pude sacar muchas cosas en claro y corregir determinados aspectos.
Como no podía ser de otra manera, la experiencia de tocar en el Prince Mahidol Hall con Thailand Philarmonic Orchestra fue alucinante. En la final yo toqué en último lugar, desde los primeros compases se produjo un entendimiento total con la orquesta y me sentí muy cómodo en todo momento, todo salió muy bien.
La entrega de premios fue minutos después de haber acabado mi actuación. En aquellos momentos previos al desenlace, un poco más relajado, disfruté de lo que ya para mí era un gran premio: haber llegado a la final. Cuando se procedió a la lectura del dictamen del jurado y fueron nombrando a los ganadores del concurso, no puedo expresar en palabras la emoción que sentí al oír mi nombre. En ese momento se te pasa todo por la cabeza y el tiempo se dilata enormemente. Las palabras «First Prize Winner» se quedaron resonando en mis oídos como un eco… al tiempo que una grandísima alegría se apoderaba de mí…, fue un cúmulo de sensaciones que todavía me cuesta asimilar.
Y, por último, no quiero acabar este relato sin acordarme de todo lo que viví en aquellos días. Aparte del concurso y el premio, fue maravilloso estar casi un mes en Tailandia, probar sabores nuevos, conocer un país totalmente diferente y hacer nuevos amigos de todo el mundo. Siempre recordaré el fantástico ambiente de compañerismo que reinó durante toda nuestra estancia, aquello se parecía más a un viaje de placer que a una competición de alto nivel. Una experiencia extraordinaria que nunca olvidaré.
SaxRules: Set-up
Carlos:
- Saxofón soprano Selmer serie III plata maciza, boquilla Concept, Abrazadera Rovner Versa y cañas D´addario 3,5
- Saxofón alto Selmer serie III con tudel de plata, boquilla Concept, Abrazadera Rovner Versa y cañas D´addario 3,0+
- Saxofón tenor, boquilla Selmer D
- Saxofón barítono, boquilla Selmer E
SaxRules: Proyectos actuales y próximos
Carlos: Empiezo por la actividad con Thesis Quartet, pues acabamos de realizar un concierto en el Auditorio de Caldas de Reis (Galicia) a finales de agosto y tocaremos como solistas con la Banda Unión Musical de Meaño a últimos de septiembre. En octubre, actuaremos en Madrid y después de estos conciertos, que nos servirán para rodar programa, participaremos en un concurso de música de cámara en noviembre. La programación cerrada hasta la fecha acaba en enero con un concierto en Segovia, aunque tenemos varios proyectos pendientes de confirmación.

Tras obtener el Primer Premio en el V Concurso Internacional Jean-Marie Londeix se me han abierto muchas puertas que prometen ser muy interesantes. La primera, este mes de septiembre gracias a la Fundación Più Mosso que me brindó la oportunidad de tocar ayer en el Auditorio Caja de Música del Palacio de Cibeles. En Navidad, participaré con la OSCJMJ y volveré a Tailandia para realizar un concierto con la Thailand Philharmonic Orchestra y dar una masterclass en el College of Music, Mahidol University.
Y por último, a lo largo de este curso se materializarán, espero, otros proyectos en ciudades como Madrid, Toledo, París y Croacia que se están concretando aún.
SaxRules: Muchísimas gracias Carlos.