Técnica: Escalas vs. Estudios

Antes de comenzar me gustaría argumentar el por qué he considerado necesaria realizar esta comparativa.

Es evidente que cuantas más horas dediques al estudio con tu instrumento (incluso si estudias mal) adquirirás más técnica, pero estas no te convertirán en un mejor músico. 

Para conseguir esto último, el músico no sólo debe dedicarse a tocar el instrumento. Debe documentarse y formarse para hacer unas interpretaciones coherentes, debe analizar y trabajar la partitura sin instrumento, debe escuchar mucha música (y no solo de saxofón), debe por supuesto ensayar mucho con el instrumento, debe tener tiempo para organizar el estudio, proyectos, asistir a conciertos, etc. Pero además, el músico debe también tener vida: relacionarse con otras personas (no solo músicos), beber de otras fuentes artísticas, hacer deporte, etc, en resumen: tener vida personal al margen del saxofón que le proporcione cierto equilibrio mental necesario.

Y para tener tiempo para todo esto es necesario gestionarlo muy bien. Especialmente en el ámbito del trabajo con el instrumento (que es el que requiere más tiempo de dedicación) hay que procurar hacer un estudio inteligente  para no acabar lesionándonos por un excesivo número de horas e intentar hacer lo más amena posible la árida labor de adquirir la técnica, una tarea tan importante como pesada que requiere mucha repetición y una gran concentración.

Es por ello que hoy vamos a comparar estas dos maneras de adquirir técnica para dilucidar cuál es la forma más eficiente de hacerlo.

Las escalas

Llamamos escala musical a la sucesión ordenada consecutivamente de todas las notas de un entorno sonoro particular de una forma simple y esquemática.

Existen muchísimos tipos de escalas pero las que se suelen trabajar habitualmente son las mayores y menores con diferentes articulaciones. Dicho esto, quiero comenzar mi exposición afirmando que los alumnos de enseñanzas elementales comienzan a aprender estas escalas en la asignatura de lenguaje musical y las ponen en práctica en clase de saxofón. Como todo lo que suelen tocar en estos cursos suele sonar tonal y como tienen que asimilar el proceso de asociación de las alteraciones a cada armadura me parece lógico que las practiquen, pero una vez interiorizadas las alteraciones de todas las armaduras ya se habría cumplido esa meta.

Lo cierto es que a los alumnos les ayuda bastante el hecho de tocar la escala de sol mayor justo antes de tocar una pieza o estudio en dicha tonalidad porque les acerca a ese entorno sonoro.

Cuando llega el momento en el que el alumno no necesita tocar una escala mayor o menor antes de un estudio  considero que ha llegado el momento oportuno para cambiar el modo de  adquirir la técnica. Con esto no quiero decir que no sea una forma válida de obtenerla, simplemente quiero decir que hay otras formas más eficientes y formas más motivantes para nuestros alumnos.

Si opinas diferente y eres de los fanáticos de las escalas, te sugiero que las  trabajes por intervalos de evolución cromática. De esta manera practicarás todos los intervalos  sin repetirlos, sin armadura y sin tener sensación tonal,  reduciendo así  el tiempo de estudio necesario ya que todo estaría condensado en 5 páginas. Tendrías únicamente que añadir las articulaciones como ya hacías con las escalas e intervalos mayores y menores. Al principio te costarán, esto sería la consecuencia de haber acostumbrado  tu oído a lo tonal, pero el resultado a efectos de técnica es exactamente el mismo. Haz clic en la imagen para ampliar. Si quieres que te las envíe en otro formato entra aquí.

Ventajas que obtenemos al hacer las escalas e intervalos mayores y menores con diferentes articulaciones:

  • Conseguir una buena coordinación de los dedos con la lengua.
  • Aumentar tu capacidad pulmonar (en el caso de hacerlas varias veces de una única respiración).
  • Trabajar todos los registros constantemente.
  • Obtener flexibilidad al hacer los grandes intervalos ligados.
  • Conseguir agilidad de dedos en intervalos en registros grave y más agudo 
  • Ejercitar el músculo que es la lengua.

Inconvenientes:

  • Se les dedica más tiempo del necesario para obtener la misma técnica útil.
  • En ellas trabajamos armaduras que no vamos a ver en nuestras obras.
  • Nos acostumbran a un entorno sonoro tonal al que no pertenece la mayoría de nuestro repertorio.
  • Hay que tocarlas tantas veces que cuando es todo tan previsible terminamos tocando en «piloto automático», y esto hace que seamos menos conscientes de la calidad de nuestro estudio.

Los estudios

Definimos estudio como una pieza musical instrumental, generalmente breve, de dificultad considerable que ha sido diseñada para practicar una determinada destreza técnica en la ejecución de un instrumento solista.

Existen estudios de diferentes tipos, cada uno con una función determinada y estilos musicales diversos. Reflejarlos y clasificarlos aquí ocuparía muchísimo por lo que si tienes interés podría hacer una entrada específica al respecto. (Házmelo saber aquí)

Para sacar el máximo rendimiento a los estudios la clave está en planificar tus sesiones de estudio para escogerlos bien y trabajarlos hasta tocarlos bien. Funcionan como las escalas, cuantos más hagas más técnica adquirirás.

Una vez superado un estudio y consolidado la técnica que te aporta deberás retomarlo cada cierto tiempo. Ya sabes que si consigues tocarlo rápido es porque ya lo tienes en tu memoria debido a las repeticiones, así que no te costará volver a trabajarlo.

Ventajas que obtenemos al hacer estudios

  • Las mismas que haciendo escalas aunque todo dependerá de la elección de los estudios que elijas.
  • Trabajas técnica en estilos diferentes de una forma más musical y menos árida.
  • Cuando montas un estudio puedes tocarlo en una audición. Una escala no.

Inconvenientes:

  • Hay que trabajarlos tanto como las escalas para obtener los resultados.
  • Se tarda más en montar un estudio que una escala.
  • No hay un amplio conocimiento de la literatura saxofonística en cuanto a estudios  ni cultura de búsqueda de nuevos por parte del profesorado, especialmente en las enseñanzas profesionales. El motivo es que para estar al día de todos los cuadernos de estudios y ejercicios que existen en el mercado  debes  invertir bastante dinero puesto que o los compras, o no los podrás conocer. Por esto entre otros motivos casi siempre se tocan los mismos que conocemos todos. 
  • No hay cultura de componer estudios para nuestro instrumento, hay cultura de adaptación de estudios de otros instrumentos para saxofón.
  • Se utilizan mal. No se tienen por qué tocar todos los estudios de un cuaderno en orden del primero al último sino que se deben pedir  atendiendo a las necesidades concretas de cada alumno de cara a cumplir los objetivos fijados en la programación de clase. Y no tienen por qué ser de un mismo cuaderno. Con los estudios debería ocurrir lo mismo que con la música online. Hoy en día, puedes comprar las pistas de audio que quieras sin tener que comprarte el disco completo.
  • Se eligen mal. No deberíamos elegir para nuestros alumnos estudios cuya velocidad metronómica requerida supere en exceso al nivel del alumno. Los estudios deben considerarse pequeñas metas para seguir progresivamente adquiriendo técnica y que ésta les permitan conseguir poder tocar las obras. De la misma manera que cuando hacíamos escalas e íbamos consiguiendo tocarlas cada vez más rápido debemos ser consecuentes con los estudios. Otra cosa es que nuestro escaso conocimiento de los mismos nos hagan utilizarlos para cualquier curso simplemente reduciendo o aumentando la velocidad. No debes olvidar que hay estudios para todos los niveles. 
  • Se abusa en la utilización de estudios románticos y del barroco. Deberían utilizarse de todas las épocas y especialmente del siglo XX en adelante por una pura cuestión lógica. No debemos olvidar que aunque nos duela, no somos flautistas, oboistas o violinistas por mucho que nos empeñemos en ignorarlo intentando tocar su música y sus escalas 😉
  • Proponer un estudio a medida de las necesidades de cada alumno cada semana o dos requiere un trabajo muy grande por parte del profesor. Sinceramente, para mí sería mucho más fácil decirle a los alumnos: “Venga, a estudiar las escalas e intervalos en todas las tonalidades”, pero considero que esas escalas no son la piedra filosofal de la técnica.

Conclusiones

Como ejercicio de racionalización deberías preguntarte: ¿qué cantidad y tipo de técnica es necesario adquirir? Y la respuesta es:  la que nos permita tocar las obras y estudios que queramos preparar. Ni más, ni menos. La técnica debe estar al servicio de la música y no al revés. Yo no malgastaría mi tiempo «cascándome» el labio tocando compulsivamente por una inercia de muchos años las mismas sucesiones de notas que no van a aparecer en obras. Porque sabemos que casi no vas a encontrar ese lenguaje tonal y la mayoría de esas armaduras en obras de saxofón ya que la mayor parte de nuestro repertorio es del siglo XX y XXI.

En caso de que elijas seguir haciendo escalas para adquirir técnica, te sugiero que no hagas siempre las mismas. Prueba las que te he sugerido arriba y también las escalas  disminuidas. Y no olvides que tocar una escala abarcando todo el registro de abajo hacia arriba y vuelta con la articulación que sea no es música. De la misma manera que recitar el abecedario o decir “ta te ti to tu” no es literatura por mucho acento teatral que utilices al pronunciarlas.

En caso de que elijas los estudios, el secreto de su éxito está en que te pares a buscar hasta que encuentres el estudio idóneo para cada momento y esto es un inconveniente porque muchos estudian con un cronómetro que no les deja tiempo para pensar.

Y por supuesto puedes elegir hacer ambas. No olvides analizar qué es lo que obtienes haciendo cada cosa, buscando encontrar un equilibrio para que el trabajo técnico sea lo más completo posible.

Considero que hay que buscar la obtención de la técnica de la forma más eficiente posible con el mínimo esfuerzo (que aún así será bastante), procurando que ese mínimo esfuerzo sea lo más llevadero posible, y así intentar mantener intacta la motivación.

Como he dicho anteriormente, creo que la asignatura pendiente de muchos profesores es el  desconocimiento de gran parte de la literatura saxofonística a nivel de estudios en general. Existe una gran variedad de estudios que bien elegidos y utilizados proporcionarán la técnica necesaria. Eso sí,  siempre estará ahí la opción fácil de poner a tocar a los alumnos escalas mayores y menores y «que cada palo aguante su vela porque yo ya aguanté la mía».

Tú decides. ¿Y tú?¿Qué tipo de profesor quieres ser?

Con esta entrada mi intención no es otra que animarte a reflexionar y debatir. Espero que te haya resultado útil.

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