13 ERRORES QUE COMETEMOS LOS SAXOFONISTAS (I)

A continuación voy a enumerar una serie de costumbres y pensamientos erróneos que solemos tener, con la intención de orientarte en el camino hacia tu futuro como profesional de la música. Esta sería la primera de dos entradas, espero que te resulte interesante.

1. (Error bastante más común de lo que pensáis) Creer que solo podemos estudiar con nuestro instrumento cuando lo hacemos sonar.

Debemos pensar en la productividad siempre y hay horas en las que es imposible tocar por temor a molestar a los vecinos. Pues bien, se acabaron las excusas.

Hay muchas opciones pero por ejemplo puedes trabajar la partitura con lápiz (poner respiraciones físicas y musicales, poner digitaciones, marcar los pasajes difíciles y organizar la próxima sesión de estudio), estudiar el guión de la obra (parte piano, orquesta..etc) para analizar el rol que juega la música que interpretas en cada momento, analizarla formal y estéticamente, escuchar diferentes versiones leyendo tu partitura, puedes «tocarla» sin tudel y boquilla con la partitura por delante haciendo las digitaciones y los mismos gestos con la garganta y lengua que utilizarías al hacerlo sonar aunque no estés soplando y así hacer repentización, ejercicios de mecanismo o solventar pasajes que no te salgan. Y sí, solo tienes que probarlo para verificar que funciona.

2. Estudiar por horas y no por objetivos. Este es un error muy común en el que terminamos cayendo y al final nos hacemos daño en el labio sin haber sido productivos. Evidentemente cuantas más horas estudies mejor, pero pensando con la cabeza, no con el cronómetro. Debemos programar lo que vamos a estudiar cada día y el tiempo que le vamos a dedicar a cada aspecto, y por supuesto debemos estar muy concentrados. Si no lo vas a estar, mejor no estudies en ese momento.

3. Pensar que es mejor estudiar dos horas con el instrumento que utilizarlas para asistir a conciertos. En realidad, la mayoría de los alumnos no son conscientes de la importancia de asistir a los conciertos y escuchar música clásica en general (sea de saxofón o no). No voy a extenderme en este punto porque para mí es muy simple. Si no escuchas música clásica es porque no te gusta, y si no te gusta deberías dedicarte a otra cosa porque la pasión por la música será la que te responda cuando te preguntes qué haces estudiando 8 horas diarias mientras tus amigos están en la playa.

4. No ser consciente de la importancia que tiene con quién estudiar el Grado Superior.  OJO, esto es muy importante. Debes tener en cuenta lo siguiente:

4.1 En tu búsqueda del profesor ideal te aconsejaría comenzar a investigar en los centros que tienen más  demanda para acceder (por algo será) y te sugeriría que intentaras conocer al mayor número de profesores posible haciendo cursos o asistiendo a todas las jornadas de puertas abiertas posibles con ellos antes de decidirte.  Creo que el perfil de lo que yo buscaría como profesor sería: Saxofonista al día, culto, que te explique los ejemplos en clase tocando, que tenga muchos recursos como profesor a la hora de explicar, que se note que le mola su trabajo, que saque cada año hornadas de cracks , que sea exigente, que los alumnos salgan motivados para  seguir formándose y por último que no sólo se limite a enseñarte la música que él montó en su etapa de estudiante. Y si encima suele dar conciertos dando la cara sería perfecto.

4.2 Busca conservatorios en los que el grupo de alumnos que pertenecen al aula de saxofón sean muy muy buenos ya que esto te estimulará para crecer cuando te compares con ellos.

4.3 Huye de los profesores tóxicos y sectareos. Hay muchas formas de descubrirlos pero hay un detalle que estos tienen en común y es que normalmente suelen hablar mal de los demás profesores. Los buenos profesores están por encima de esto y cimentan su prestigio en base a sus resultados como docentes.

5. Pensar que lo vas a tener tan fácil como las primeras generaciones de saxofonistas de cara a obtener un puesto de trabajo. Que no te engañen, la mayoría de los que  han terminado o están estudiando el grado superior de saxofón no va a vivir de el saxofón (al menos en España) por una simple cuestión de números.

La cantidad de saxofonistas titulados es cada vez mayor y siguen saliendo muy buenas promociones de alumnos  con cada vez mejor nivel , un buen número de los cuales continúa formándose haciendo masters dentro y fuera de España y la oferta de empleo es ahora la que es: limitada. Así que si eres de los que está dispuesto a luchar hasta el final debes pensar que no solo deberás ser bueno sino que tendrás que marcar la diferencia. Tendrás que estar muy atento a los cambios, ser creativo y vender bien lo que mejor sabes hacer.

6.  No asumir que el melómano o crítico musical NO VA A PREFERIR (por ejemplo) escuchar la Partita para flauta de J.S. Bach interpretada con saxofón antes que la versión de  Barthold Kuijken como especialista en traverso o al propio Emmanuel Pahud con flauta moderna. Otro error sería no asumir que si solo tocas transcripciones de música antigua estarás comprando papeletas para ser irrelevante en la futura historia del saxofón ya que no aportarás nada. Es como si haces un grupo de covers de los Beatles. Por muy bien que lo hagas, la gente siempre preferirá escuchar a los auténticos. Si tu tendencia natural es querer tocar únicamente transcripciones de otros instrumentos puede que el error haya sido tuyo al elegir el instrumento.

7.  No trabajar las transcripciones con especialistas. Si vas a tocar música antigua y no quieres hacer el ridículo deberías dejarte asesorar por especialistas en música antigua. Evidentemente no deberías olvidar que los especialistas (los de verdad) en música antigua no suelen ser saxofonistas.

8. Dar una importancia excesiva a las redes sociales como músicos. Cuando veo en las redes a  músicos no profesionales celebrando que tienen 1000 seguidores en Facebook me dejan bastante perplejo.  Creo que no saben que el algoritmo de Facebook (que es una empresa, y como tal su función es ganar dinero) hace que lo que pongas en tu biografía no llegue a absolutamente todos tus seguidores. Llegará siempre a los mismos, fomentando así que necesites pagar para promocionar  tus publicaciones.

En fin, creo que es interesante para los músicos tener un perfil en redes sociales para darse a conocer y publicitar sus eventos. Los seguidores de verdad (sin contar a tus familiares, amigos, conocidos  y a esos que sigues para que te sigan y después los dejas de seguir que sabes que son la mayoría) ya llegarán en proporción a tu éxito, y no al revés. No olvides que las redes sociales no son la meta, sino simplemente un medio. Y ojo, piensa que los patrocinios de empresas en música clásica (y en especial en el saxofón clásico) no funcionan a base de obtener seguidores etiquetando en cada publicación todas las palabras del diccionario completo y nombrando hasta a la Virgen del Carmen, funcionan a base de prestigio. O piensas que los artistas Selmer París son elegidos por sus cuentas de facebook.

Ejemplos a seguir: el joven violonchelista Pablo Ferrández, que tiene 27960 seguidores en Facebook y 60000 seguidores en Instagram. Este chico se dedica a estudiar, a estudiar, a estudiar, y a dar conciertos (incluidos muchos como solista con orquestas) y masterclass por todo el mundo. No se dedica a hacer sorteos, a intentar convencer para que lo sigan en sus redes sociales o a mostrar en ellas lo guay que es. Simplemente se limita a grabarse tocando, sube alguna foto personal de los países en los que toca y poco más.

9(En caso de querer dedicarte profesionalmente a la música de cámara) Pensar que «4 excelentes saxofonistas que ensayan una vez al mes» es igual a «un excelente cuarteto de saxofones».  Esto sería más bien, no tener ni idea de lo que es hacer música de cámara.  Voy a comenzar haciendo una analogía con el cuarteto de cuerda. El músico que toca la viola y el que toca el violonchelo son especialistas en dichos instrumentos, sin embargo en el cuarteto de saxofones hay quien debe pensar que como la digitación es la misma, todos somos especialistas en cualquier saxofón. Pues no. No es así. Y por supuesto el hecho de poseer un barítono no te hace ser un especialista en él.

Para ponerte un ejemplo de cómo se deberían hacer las cosas te hablaré del Cuarteto de Saxofones  Fukio cuando ofrecieron su último concierto en Málaga. La impresión que dan cuando tocan no es de ser cuatro músicos sino UNO. Aspectos como la identidad de sonido como grupo, la homogeneidad de sus timbres en todos los registros y entre instrumentos te hacía a veces no saber quién llevaba en ciertos momentos la melodía, mismas emisiones, misma dirección en entradas, misma dirección musical…..Se trata de una compenetración que solo se puede conseguir a fuego lento (con muchos años y dedicación) y con la supervisión de auténticos maestros. Fue impresionante escuchar a estos cuatro especialistas. Ha sido lo mejor que he escuchado últimamente en saxofones. Y créeme, lo que yo escuché allí no era el fruto de cuatro ensayos de 6 horas.

Son muchos los cuartetos ya consolidados que haciendo un ejercicio de honestidad van desapareciendo  de los escenarios porque saben perfectamente que sin el trabajo constante, remando todos en la misma dirección, y sin una dedicación exclusiva al instrumento concreto que desempeñas en el cuarteto el proyecto no irá a ningún lado, salvo que este se venda en círculos no especializados o se haga para «echar el rato y pasarlo bien» (cosa que por cierto me parece fenomenal).

Un ejemplo inspirador para mí  (a pesar de no llevar tanto tiempo) en cuanto a trayectoria y a su manera de apostar por el grupo es el cuarteto de saxofones Kebyart, al que le auguro un futuro muy muy prometedor.

Te recomiendo que leas el libro «El cuarteto de cuerda» de Cibrán Sierra. Todo lo que no se vea  reflejado en este libro en cuanto a cámara es jugar a las casitas. Y ojo, lo que me ofrece garantía de  este libro es que te lo cuenta alguien que toca en el famoso Cuarteto Quiroga. Cuando lo leas, sabrás de qué hablo.

10. Ser reticentes a innovar en general. Por ejemplo en cuanto a la presentación de proyectos, en cuanto a no investigar con dispositivos electrónicos de procesamiento de audio o al rechazar constantemente la inclusión en los conciertos de música electrónica. Estos factores sí que nos podría hacer relevantes en el futuro porque el futuro más cercano (nos guste o no) nos va a ligar cada vez más a los medios electrónicos, al mestizaje de estéticas y a las nuevas formas de vender los proyectos.

11. No trabajar la improvisación musical e interpretación escénica. No somos conscientes de la importancia que van a cobrar estas disciplinas en el futuro. En el pasado más reciente el compositor estaba siendo el centro de atención y el intérprete jugaba un rol de mero ejecutante que debía respetar a rajatabla todos los parámetros reflejados en la partitura. La música estaba controlada por la matemática y el serialismo integral. Creo que en el futuro  cada vez vamos a jugar un rol en escena más como músicos y artistas que como simples saxofonistas y esto va ligado a un mayor uso de la expresión corporal, a una liberación de la partitura y el apoyo de los avances tecnológicos a nuestro alcance . Para mí, un claro ejemplo de dos artistas españoles que están marcando los pasos del futuro son Joan Jordi Oliver Arcos y Marc Vilanova.

12. Seguimos siendo bastante borregos con las marcas de instrumentos. Y lo somos tanto, que   algunas grandes marcas parecen haberse estancado en cuanto a innovación y perfeccionamiento de nuestro instrumento porque saben perfectamente que tienen copado el mercado. En fin, en nuestras manos está cambiar estas tendencias. Y de borreguismo en cuanto a boquillas ni te cuento.

13. Subestimar el poder de los contactos en todas las áreas de nuestro ámbito profesional. Puff! Y no sé si entrar en detalles porque se podría liar bastante. CONTINUARÁ……

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