Los días 26 y 27 de Marzo tuvimos oportunidad de celebrar dos Festivales de ensembles de saxofones en el conservatorio Amaniel de Madrid.
El primero (de ámbito nacional y en su primera edición) congregó al Ensemble del conservatorio profesional de Santiago de Compostela dirigido por Álex Cimadevila y Sara Seoane, al del conservatorio profesional “Guitarrista José Tomás” de Alicante dirigido por José Antonio Antón Suay y Javier Carrillos, el de la escuela municipal de Cuenca dirigido por Miriam Castellanos y el conservatorio Amaniel dirigido por David Sánchez y un servidor.
El segundo (autonómico y en su tercera edición) congregó al ensemble del conservatorio Victoria de los Ángeles dirigido por Juan Florencio Casas, al del conservatorio Turina dirigido por David Náñez, al del conservatorio Adolfo Salazar dirigido por Álvaro Arias, al del conservatorio de Getafe dirigido por Carmen Carrasco, al del conservatorio de Alcalá de Henares dirigido por Asensio Sánchez, al conservatorio Teresa Berganza dirigido por Jesús Reneses y Raquel Paños, al conservatorio Arturo Soria dirigido por Vicente Toldos, al conservatorio de El Escorial dirigido por Miguel Ángel Pastor y Alfredo Avilés y al del conservatorio Amaniel.
Ambos festivales son una muestra del trabajo que se hace en los centros anteriormente mencionados, en ningún caso se trata de un concurso. Un espacio de convivencia, de respeto, de escucharnos los unos a los otros, de aprender y disfrutar en un ambiente propicio.
Los ensembles presentaron programas variados con alumnos de enseñanzas profesionales pero también de elementales. Unos optaron por acompañar a sus ensembles con piano, y otro con percusión.
En los dos festivales todos los ensembles participaron en la interpretación de la pieza conjunta “De 3 a 1000” de A. Crepin que ya se ha convertido en una tradición y que en el primer día dirigió David Sánchez y el segundo David Náñez.
Una novedad de este año ha sido poder ofrecer los conciertos en streaming gracias al fantástico equipo de emisión y grabación que tiene el conservatorio Amaniel.
Hemos mantenido la costumbre de realizar fotografías y videos a los ensembles participantes y se han distribuido a cada director de ensemble (a cada uno las propias) para controlar la trazabilidad en la distribución de imagen (persiguiendo que se respeten los derechos de imagen de cada alumno).
Con el ánimo de acoger de la mejor manera posible se ofreció una merienda a todos los ensembles participantes para lo que se contó con el apoyo del conservatorio Amaniel y una empresa patrocinadora.
Hay que destacar también el apoyo económico de los conservatorios participantes que sufragaron en parte los gastos del desplazamiento de los diferentes grupos y por supuesto el trabajo de los profesores de saxofón por preparar a sus alumnos (muchos de ellos fuera de su horario lectivo) y sus ganas de hacer cosas con ellos. Sin ellos (no me canso de decirlo) no sería posible haber llevado esto a cabo.
Otro aspecto positivo de la celebración del festival en Amaniel fue la cercanía a una boca de metro. La forma de transporte más rápida, eficiente y fiable para desplazarse por Madrid.
Otro factor muy importante para mí es que he encontrado a una directiva (la de Amaniel) completamente volcada con el proyecto, y no solo apoyando todas y cada una de las iniciativas que se iban poniendo sobre la mesa, también lo hicieron de manera activa. Tuve a Javier (secretario) tomando un video desde una terraza, a nuestro director (también Javier) diciendo unas palabras al inicio del Festival, a Paco (jefe de estudios) ayudándome a configurar el streaming en persona y atendiéndome 1000 veces desde su teléfono personal y a María (jefe de estudios también) que también estuvo en fluida comunicación conmigo moviendo hilos para hacer todo lo posible para no darme un «no» por respuesta a mis propuestas. Me considero una persona muy afortunada al tenerles y creo que los últimos 12/14 años de profesión que me quedan los haré en este centro, que es donde mejor puedo estar.
También estoy muy agradecido a Marina Rubio, alumna mía de 6º que se encargó de hacer las fotografías y videos del evento, ayudarme con la configuración del streaming y con todo lo que estuvo en su mano en los dos días de Festival. Con personas así, da gusto trabajar. Tampoco quiero olvidarme de David Sánchez que me acompañó en esta aventura.
Además de a mis compañeros profesores, me dio muchísima alegría poder escuchar y ver a mis antiguos alumnos del conservatorio Victoria de los Ángeles: Marcos, Joanna, Belén y Santiago.
Hay que decir que hubo dos incidencias (una cada día). El primer día David Sánchez se encargó de llevar al hospital a un participante que ya llegó indispuesto a Amaniel y el segundo día otra que sufrió un ataque epiléctico y fue trasladada por Raquel Paños.
El balance de los Festivales no puede ser más positivo. El resultado artístico fue fantástico y poderlo compartir con tantas personas (150 saxofonistas en total si sumamos los dos días) en un evento sin ánimo de lucro no tiene precio.
Sigamos manteniendo este tipo de actividades y que no nos falten ganas de hacer cosas que tanto nos unen a los conservatorios de dentro y fuera de Madrid. Muchas gracias a todos los que lo hacéis posible.
Comenzamos ya a organizar el festival nacional del año que viene. Así que si eres profesor de saxofón y quieres participar en la segunda edición no dudes en ponerte en contacto y te daremos pistas de dónde alojaros y demás. Y si tu ensemble es de fuera de España, anímate y hacemos una versión internacional.
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